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#Más_divagaciones_o_Qué_me_hiciste_para_estar_tan_enojado_conm | Akasha Comunidad

#Más_divagaciones_o_Qué_me_hiciste_para_estar_tan_enojado_conmigo 280222

Estimados miembros de Akasha Comunidad:

En lo que espero a una amiga, comparto con ustedes una divagación nocturna. Como ya saben aquellos que han escuchado mis seminarios, soy hija de Psicólogos nada tradicionales (digamos, menos Freud, y más Erickson, Rogers, Wertheimer y Jodorowsky). Eso significó, durante mi infancia y adolescencia, una formación poco tradicional, en la que era estimulado el pensamiento crítico, aplaudido el razonamiento original, y aceptado el disentimiento. No se usaba el 'porque te lo digo yo que soy tu padre/madre' y, por ejemplo, el análisis profundo del mensaje implícito de los comerciales en radio, revistas espectaculares y televisión era toda una actividad (una que incluso ahora practico). Supongo que eso explica mucho el cómo soy ahora en la etapa adulta, el por qué las falacias de autoridad me molestan tanto y por qué no tengo televisión ni redes sociales.

También significa que durante mi infancia y adolescencia escuché muchas frases extrañas (al menos a primera oída) de mis padres. Una de mis favoritas, y que viene mucho a colación en estos tiempos tan extraños que vivimos es "¿Qué me hiciste para estar tan enojado conmigo?". ¿Raro, no? Normalmente lo diríamos al revés; es decir ¿que te hice para que estés tan enojado conmigo? Pero mi padre y mi madre lo planteaban de esa forma atípica en ocasiones cuando, por ejemplo, en la escuela algún amigo estaba furioso conmigo sin que yo le hubiera hecho nada. Cuestionar así ese enojo desmedido muchas veces daba una perspectiva completamente diferente a la situación. Claro está que, más allá de pleitos de adolescentes, ese fenómeno ocurre frecuentemente. Por ejemplo, alguien puede haber hecho algo incorrecto que acabó 'viendole la cara' a un conocido, familiar o amigo. En vez de disculparse y reconocer lo que hizo, mejor se enoja con la persona afectada. ¿Injusto? ¿Complejo? Sí; así puede ser la conducta humana. ¡Por algo elegí estudiar Medicina Veterinaria!

Divagaba entonces sobre algunas historias que he escuchado en este tiempo. Desde que inició la vacunación contra COVID-19, hay un enojo desmedido en la sociedad (no en toda, pero en una parte substancial) hacia aquellos que luego de recibir las inoculaciones, han tenido eventos adversos serios y lo hacen público. La rapidez con la que, ante la opinión pública, se pasa un vacunado de las filas de 'ciudadano responsable' a 'antivacunas despreciable' es inaudita. Con rabia son callados los intentos de hacer conocer lo que le ocurrió a la persona afectada, y hasta pueden ser borradas sus cuentas en redes sociales por 'compartir desinformación' (aunque lo compartido describa tal cual lo que la persona experimentó). El asunto es que ese enojo desmedido no es realmente de la gente común. Es, digamos, copiado, influido o alentado por quienes realmente están furiosos ante esta rebeldía: las farmacéuticas, los médicos con conflicto de interés, las agencias de salud, los dueños de los consorcios de noticias, de las redes mismas. Me pregunto: ¿Por qué se enojan tanto de que alguien comparta su testimonio? Será que aplica aquí la perspectiva que me enseñaron mis padres? Esa pregunta rara de: ¿Qué te hice para estar tan enojado contigo? A la luz de las publicaciones que han salido, poco a poco, y sus implicaciones en cuanto a la seguridad de las vacunas COVID-19, tal vez habría que explorar la posibilidad que encierra esa pregunta...

Divagaciones, pues. Ya llegó mi amiga. Que pasen linda noche,

Karina AW