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Carmine: LA BENDICIÓN DE MI AGÜITA AMARILLA. Por: R. Bat Melej | Alfonso De Vega Armenta, CDS, Dioxido de Cloro, Dmso, MMS, Plantas, Zeolita, Tierra de Diatomeas, Kalanchoe, Artemisa, Ormus.

Carmine:
LA BENDICIÓN DE MI AGÜITA AMARILLA.
Por: R. Bat Melej

Soy comunicadora social y periodista y siento vergüenza, por lo que los medios de comunicación, están haciendo hoy en día, en una carrera loca y destructiva por mal informar a la población con relación a la famosa “Plandemia”, la “Vacuna” y los medicamentos que sí funcionan contra el Covid.

Con horror veo como los periodistas, en vez de ser difusores de la verdad, gracias a un proceso honorable y exhaustivamente investigativo, dan a conocer sus hallazgos con relación a una situación que nos atañe a todos, de una manera deplorable, apegada a los intereses de los poderosos. Veo con espanto, cómo destrozan la vida de millones, ponen y quitan presidentes, vuelven famosos a una partida de mentecatos, destruyen la vida de quien desea contribuirle bondadosamente al mundo, endiosan a ciertos personajes, le dan pan y circo al pueblo, para que vivan en una realidad ilusoria todo el tiempo, fundiendo sus cerebros y dándoles la vitamina efectiva de la permanente estupidez.

Para mí, se han vuelto servidores del mal. Es más el daño que causan que el bien. No creo que los Gobiernos los empujen a comportarse así; más bien creo que los medios de comunicación se convirtieron en el único poder. Todos sus destructivos tentáculos los vemos ahora, en medio de esta crisis de salud y economía, que vivimos hace más de un año.

Precisamente en la búsqueda para protegerme de los ataques del “bichito”, decidí hacer parte de la Comusav, Coalición Mundial Salud y vida, con más de 10 mil profesionales inscritos, entre ellos más de 4 mil médicos, que defienden el uso del C/D/S Dio-xi*do de Clo*ro. Hay que ser muy bruto en la vida, para confundir este maravilloso medicamento, con el hipoclorito de sodio, que es la lejía, famosa para desinfectar pisos. Tal como nos enseña Andreas Kalcker: “El C/D/S es una solución acuosa concentrada de 0,3% (3000ppm) del gas de dio*xi*do de clo*ro, sin contenido de clo*rito sódi*co (NaClO2) en la solución y tiene un pH neutro.

Hace unos días atacaron a la modelo y Dj antioqueña Natalia París, por decir que tomaba C*D/S y ahora están en una cacería de brujas contra los proveedores; las multas pueden superar los 1800 millones de pesos colombianos. Soberana estupidez! No tengo ningún otro calificativo. Yo hago uso de esta bendita sustancia, desde abril del año pasado y no me he muerto. Su uso, a través de los distintos protocolos, es para prevenir y curar el Covid, además que combate el Autismo, Cáncer, Diabetes, Parkinson, Alzheimer, entre otros. El problema es que los seres humanos, estamos tan acostumbrados a usar una medicina para cada dolencia, así sea la de la punta del dedo gordo, que nos cuesta aceptar que un sólo medicamento, pueda obrar verdaderos milagros en nuestros organismos. Yo creo que el C*D/S es un regalo de Hashem. No tengo dudas en ello.

El periodista Julio Sánchez Cristo, entrevistó a Andreas Kalcker, nuestro líder mundial del C/D/S y me generó un enojo y una vergüenza, por el trato indigno que le dio a él. Su entrevista fue para atacar, no para dar la oportunidad de conocer un producto que ya tiene patentes, del cual hay miles de testimonios de curación. La verdad que Sánchez Cristo, es un ignorante sobre este particular y está tan o más despistado que Duque, con sus metidas de pata diarias, en un país que él concibe como “Polombia”.

Mi experiencia con el dio*xi*do de clo/ro, tiene un solo calificativo: ¡Excelente! A diario leo cientos de testimonios, de curaciones contra el covid y de otras enfermedades. Yo me siento supremamente bien, a pesar que tengo un problema vascular en mi pierna derecha. Desde que tomo mi “Bendita agüita amarilla”, ya no me dieron más calambres e iré a una cirugía para extracción de la safena superior, en mejores condiciones de salud. Adicionalmente, el C*D*S ha oxigenado mis células; a mis 50 años me veo radiante y llena de vitalidad. Además, yo siempre estoy expuesta a una alta carga viral por los lugares que frecuento como las clínicas.