2022-07-22 12:55:42
#Artículo #Opinión #LAVANGUARDIA
Cortinas de humo
https://bit.ly/3PqzCgc
La cortina de humo se identifica, en su origen, con una táctica militar utilizada en tiempos de guerra para acercarse al enemigo y atacar.
La cortina despista, distrae y oculta.
Con la idea de desviar la atención sobre un tema «sensible», el uso de cortinas de humo es bien conocido en el ámbito político y periodístico a lo largo de la historia. El famoso concepto
agenda setting surgió en relación con la
capacidad que tienen y ejercen los medios de comunicación de fijar los temas de la agenda pública (y de dejar al margen otros).
La
agenda pública pasó a ser la
agenda publicada
La cortina de humo, acotada, con principio y fin, se ha considerado una herramienta efectiva, también, en el ámbito de la política.
En la ficción, la película norteamericana
La cortina de humo cuenta cómo se diseña una trama de engaño, que incluye hasta una guerra falsa, para evitar que la atención pública y mediática se centre en un escándalo que afecta de pleno a la Casa Blanca.
La cortina de humo dificulta la visión durante un período concreto de tiempo e impide percibir con detalle lo que se oculta detrás. Se trata de generar ruido. Y, cuanto más, mejor. Confundir a la opinión pública, aturdirla, es el objetivo.
Pero
el humo tarde o temprano se desvanece y la ciudadanía, harta de que la subestimen y de vivir en una cacofonía permanente, se distancia cada vez más. La capacidad de manipular a la opinión pública se va limitando, dada la menor influencia de la
agenda setting y por la fragmentación y dispersión cognitiva de las audiencias.
La opinión pública ya no es solo la agenda publicada, sino la compartida (en redes, en conversaciones).
Cuando el humo se disipa, queda la realidad. La dura y contundente realidad.
#BONUS:
Investigación:
The agenda-setting function of mass media (1972)
https://bit.ly/3OpVI1e
Película:
La cortina de humo (EEUU, 1997) https://bit.ly/3aVxI8j
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