2021-06-17 14:47:13
REFLEXIÓN
Cuando Dios dice «no» como respuesta
Muchas veces Dios no quiere contestar de la forma que nosotros quisiéramos que lo hiciera. Esto nos hace desesperarnos, llevándonos a buscar salidas o medios por nuestras fuerzas para solucionar los problemas que podamos estar enfrentando, sin tomar en cuenta que Él tiene control de todo y resuelve las cosas con mejores resultados.
Existe un punto que debemos tomar en cuenta, pues es de suma importancia y es el hecho de que para Dios no hay nada imposible, hay muchísimas cosas que Él puede hacer, pero no acciona porque sabe que de esa manera seguiremos conectados en oración con él, esto además nos hace mantener los pies en la tierra.
La mayoría vivimos deseando que las peticiones que pusiéramos delante del Señor, nos las contestara con un SI indiscutible, pero… ¿Qué pasa cuando Dios no quiere hacerlo?
Debemos aprender a aceptar el NO y el silencio de Dios, pues a pesar de que no entendamos esa negativa de su parte, podemos estar seguros de que era lo más recomendable para nuestra vida y salud espiritual.
El Señor nos conoce mejor que nadie, sabe qué hacer y que conviene para nuestras vidas, porque escudriña y conoce los deseos de nuestro corazón, Dios sabe lo que nos pasaría en el futuro si dijera un SI a todo lo que pedimos.
En ocasiones creemos que si hacemos algo bueno por Él, nos dará lo que queremos, tratamos de convencerlo con malos argumentos para que nos responda en cada petición que hagamos, y sin darnos cuenta caemos en el error de que si no lo hace, entonces ya no le serviremos igual, ya no lo buscaremos igual; pero recordemos que Dios no está obligado a responder como nosotros deseamos.
Tenemos la enseñanza del apóstol Pablo, ya que le fue dado un aguijón en su carne, que lo abofeteaba para que no se enalteciera en gran manera, este hombre había orado y rogado a Dios para que se lo quitase, pero el Señor no lo hacía.
Cada que Pablo oraba que le fuera quitado ese aguijón, Dios le contestaba: «Bástate en mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad».
Si recibimos lo que pedimos ni siquiera mereceríamos el favor de Dios, ya que Él no se complace en la maldad, pues por naturaleza somos pecadores y somos orientados al mal, más bien, es su gracia la debemos rogar porque solo por Él y a través de Él somos lo que somos.
Dios obra de formas correctas y perfectas en el momento preciso, conoce nuestro pasado, presente y futuro, nada se le escapa y aunque desde nuestro punto de vista humano las cosas tendrían que ser como lo creemos, desde el punto de vista de Dios todo tiene resultados distintos, porque Él sabe lo mejor para nosotros.
Agradezcamos a Dios por todo, no reclamemos u ofendamos contra su persona porque no conteste esa petición, en lugar de eso busquemos su voluntad orando en su presencia y sobre todo confiemos con certeza que si es un SI o un NO siempre será la mejor respuesta, su gracia es la medicina en las pruebas, tengamos la convicción de que su poder se perfeccionara en nuestra vida.
«Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo» (•2 Corintios 12:7-9).
@Apasionadosporsupalabra
1.6K viewsJosé Manuel Rodríguez, 11:47
𝐀
