2021-11-02 20:40:08
Mini-nota explicativa
Cuando trabajamos a través de nuestro Yo Superior para hacer sanaciones a terceras personas, desprogramaciones o terapias energéticas sobre estas, todo el proceso siempre está estrictamente "controlado" por el YS de la persona a ser sanada, con la asistencia del alma.
Esto implica que todo el mundo, incluso niños pequeños, pueden recibir sanación o desprogramación, pues no es el terapeuta el que ejecuta la misma, sino que el YS del niño, o del paciente, es quien toma el control de la cantidad de energía a usar, la intensidad de la misma, la potencia, el bloqueo exacto a sanar en la localización que toque en ese momento y nada más.
Aunque pueden existir, y se dan crisis de sanación (un resfriado "de repente", un malestar temporal, un cansancio más pronunciado de lo normal, etc.), nunca se traspasan los márgenes de seguridad que el alma y el YS marcan para nuestro avatar y sistema energético, de manera que nunca se va más allá de lo que, en ese momento "toca", es apropiado quitar o sanar o está acorde al bien mayor de la persona que busca esa sanación.
Como terapeutas, asistimos al proceso de toma de consciencia recibiendo la información de los problemas, bloqueos y disfunciones, y luego solicitamos al YS que elimine aquello que ha sido identificado. Pero ahí termina nuestro papel, en cierto modo, porque una vez se realiza la petición, es siempre el alma y el YS quienes escogen el cómo, cuándo, de qué manera, hasta que nivel, con que intensidad, con cuanta energía, los tiempos de la sanación, etc., etc., examinando continuamente el plan evolutivo de la persona que desea ser sanada, y decidiendo qué está acorde a su bien mayor en cada momento.
David
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