2022-07-15 23:20:38
Son varios los ejes que atraviesan la visión de Fidel: la claridad del enemigo de clase, la comprensión del carácter antagónico de los intereses, la unidad y la solidaridad entre las distintas categorías de trabajadores, la creación de instrumentos de poder al servicio del pueblo, la necesidad de una doctrina revolucionaria, y la forma particular de la conciencia de clase en un país socialista.
Estos conceptos siguen vigentes para Cuba y también en el plano internacional, donde las clases han adquirido un carácter global como resultado de la naturaleza misma del capitalismo. ¿Es el bloqueo estadounidense una expresión de la lucha de clases?, o ¿cómo se manifiestan las relaciones de explotación en la sociedad cubana? Son ejemplos de preguntas pertinentes.
El nuestro sigue siendo un país donde la apropiación privada tiene una presencia limitada en el diseño institucional, pero recordemos que estamos en un proceso inconcluso y que, como dice Fidel, el gobierno maneja las riquezas a nombre del pueblo.
Por tanto, la lucha de clases no se reduce a la presencia legalizada de emprendimientos capitalistas, sino que se expresa también en el Estado mismo, como sujeto principal de la economía. Existirán prácticas y actores que consciente o inconscientemente nieguen los intereses del pueblo y que, valiéndose de espacios de poder establecidos, procuren beneficios individuales o grupales.
Por eso en años posteriores Fidel llegó a afirmar que, con respecto a lo anterior, el Partido debía actuar como fuerza opositora dentro del Estado.
La idea de que la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos ‒relacionada con los órganos de poder obrero y popular‒ adquiere hoy una relevancia extraordinaria, a la luz del paternalismo y el verticalismo estatales, que implican una sustitución de la clase trabajadora como sujeto.
Resulta clave, por último, relanzar la unidad y la solidaridad entre los distintos sectores laborales. El capitalismo se ha complejizado en tipos de actividades y jerarquías. Un diseñador de productos parece no tener nada en común con un operario de una maquila, mientras la economía de servicios invalida el antiguo estereotipo del obrero fabril, y el auge del llamado trabajo conceptual provee de una posición privilegiada a una fracción de los asalariados.
La tercerización y la informalidad se han convertido en una potente barrera para la articulación y la unidad. Aun así, el mundo sigue dividido, por detrás de las apariencias, en dos bandos fundamentales: las minorías que poseen los medios de producción y las mayorías desposeídas, obligadas a vender su fuerza de trabajo para poder vivir.
En Cuba también se desarrolla aquella heterogeneidad, mientras prosperan las salidas individuales en la saga de los retrocesos económicos e ideológicos. Para Fidel, sin embargo, las soluciones solo son válidas si sirven a todos. Cómo llevar ese principio a la práctica en las condiciones de hoy es la tarea de la clase trabajadora.
http://www.cubadebate.cu/especiales/2022/07/15/la-conciencia-de-clase-una-perspectiva-fidelista-video/
339 viewsSuniSuni, edited 20:20