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Muchas veces la expresión “Dios es amor” llega a convertirse e | CASA DE ORACION LONDRES

Muchas veces la expresión “Dios es amor” llega a convertirse en algo común y sin sentido en nuestra mente, podemos preguntar a alguien si sabe que es amado por el Señor y con seguridad responderá “sí, yo sé que Dios me ama”; pero su corazón continuará endurecido ¿cuándo estas palabras dejaron de calar en lo más profundo de nuestros corazones? Sin merecerlo, hemos recibido demasiado.
“Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad, Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por Su gracia fuéramos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.”
Tito 3:3-7 NBLA

El apóstol Pablo escribe estas palabras para animar a los hermanos a no olvidar el amor de Dios. Recordando que nosotros también éramos en otro tiempo imprudentes, inmaduros, rebeldes, extraviados, esclavos de nuestros deseos pecaminosos y diversos deleites, viviendo con malicia, egoísmo, envidia, aborrecibles, y odiando a otros; por lo que, sin merecer, recibimos vida.
En el pasado cada uno tenía su propia identidad y reputación por la cual era conocido.

Muchos con vergüenza pueden decir “sí, yo era esa persona” Todos reconocemos lo que éramos y las cosas que hacíamos, por quienes nadie pagaría un centavo.

“Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.”
1 Corintios 15:9-10 NBLA

Pablo reconocía que no era digno de ser siervo del Señor, había hecho muchas cosas malas, entre ellas consentir en la muerte de cristianos de ese tiempo. Pero, traía a la memoria estos recuerdos no para hundirse, sino para agradecer a Dios, porque, sin merecerlo y sintiéndose el más pequeño, aun así, recibió amor y un futuro diferente.
Recordemos que por la bondad de Cristo, nuestro Salvador, fuimos rescatados del pasado. Él nos alcanzó antes de que nosotros le encontráramos, nos rescató del pozo y suciedad; no merecíamos su salvación, sabía lo que éramos y cuántas veces lo íbamos a traicionar, pero el Señor aún así lo quiso.

Todos tenemos un pasado que nos avergüenza, que nos hace sentir indignos de recibir algo de Dios. La realidad es que no merecemos nada y nunca podremos merecer tanto amor, por lo que te animo a ser agradecido con el Señor y gritar a los cuatro vientos lo mucho que Él hizo por ti.

En amor,
Raul & Rocío Borboa
CDO LONDRES