Get Mystery Box with random crypto!

“»Ciertamente David, después de servir a su propia generación | CASA DE ORACION LONDRES

“»Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la corrupción.”
Hechos 13:36 NVI

A lo largo de nuestras vidas, vamos poniéndonos metas y objetivos de todo tipo. Tratamos de cumplirlas y alcanzarlas con dedicación, algunos las concretamos y otras no. Y así pasamos la vida, estableciendo metas y trabajando para cumplirlas.  

Pero creo que se nos olvida meta muy importante que deberíamos establecernos. Y es acerca de qué huella estamos dejando en el mundo y cómo seremos recordados una vez que hayamos muerto.

Así como David, Pablo, Moises, Abraham, Juan, Pedro, etc…, hay muchas personas que son recordadas por su obediencia a Dios y por la manera que han vivido y trabajado en la obra del Señor. Sin embargo, también hay personas que son recordadas por su mala manera de vivir, por ejemplo; Judas Iscariote, es recordado como el traidor, Ananías y Safira como los mentirosos, etc… Y a ti, ¿Cómo te gustaría ser recordado?

Es una pregunta que pocos nos hacemos, pero, la respuesta a ella nos aclara el tipo de vida que realmente estamos viviendo.


“»Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. »Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.”
Mateo 5:13-16 NBLA

No es complicado saber la huella que estamos dejando, solo necesitamos reflexionar en las cosas que estamos haciendo y mostrando a las personas porque la gente siempre recuerda las acciones buenas o malas que hacemos.

Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de que las personas vean la gracia y a Dios en nosotros. Para ello, tenemos que dar ejemplo a las personas y decir con nuestro comportamiento que Cristo vive en nuestras vidas.

Recuerda, somos la sal y luz del mundo y debemos influir como tal. Así como Pedro y Juan.

“Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.”
Hechos 4:13 NVI

En amor,
Raul & Rocío Borboa
CDO LONDRES