Get Mystery Box with random crypto!

Los malos hábitos son afectos desordenados que se traducen en | CASA DE ORACION LONDRES

Los malos hábitos son afectos desordenados que se traducen en conductas negativas que impiden el crecimiento espiritual y se define como algo que se hace a menudo o automáticamente.
Por ejemplo, un mal hábito es pasar demasiado tiempo en las redes sociales y dedicarle menos tiempo a Dios. Otro mal hábito es reaccionar con enojo u orgullo ante una situación y no ser pacientes ni tolerantes. También las mentiras, murmuraciones, el egoísmo, el lenguaje grosero, ver pornografía, gastar dinero sin medida, etc. son algunos de malos hábitos que afectan de manera negativa nuestra vida y que deshonran a Dios.

“Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!”
Santiago 4:7-8 NVI

Dios conoce cada una de las luchas que enfrentamos y nos anima a venir a Él para poder vencerlos. Él es nuestro Creador y puede obrar en nuestras vidas guiándonos a ajustar nuestras motivaciones y conducta a lo que le agrada. La Biblia dice que somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras.
Por lo tanto, para vencer los malos hábitos es necesario acercarnos a Dios reconociendo cuáles son las malas conductas que no le agradan. Y en alguno de los casos será mejor pedirle a Dios que examine nuestros corazones y nos revele todo aquello que le desagrada. Así como el salmista David lo hizo.

“Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.”
Salmo 139:23-24 NVI

Ningún cambio se producirá en nuestra vida si decidimos luchar solos contra los malos hábitos, porque al actuar en nuestras propias fuerzas estamos demostrando que no necesitamos a Dios y la Biblia dice que separados de Él nada podemos hacer.

Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí. Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.
Juan 15:4-5 (NTV).

Ninguno de nosotros es suficientemente poderoso para vencer sin la ayuda de Dios, solo Él es especialista en transformar y cambiar vidas. Por esa razón, debemos acercarnos a Él y pedirle Su ayuda para vencer los malos hábitos que tenemos.

Acerquémonos hoy a Dios y contémosle nuestros malos hábitos, Él nos ayudará a vencerlos.

En amor,
Raul & Rocio Borboa
CDO LONDRES