2022-05-26 08:49:10
En algún momento de nuestra vida llegamos a sentir molestias en nuestra salud, visitamos a los médicos y nos dan un diagnostico que nos causa temor, ya que debemos someternos a tratamientos y, de un modo u otro, nuestra vida cambia.
A pesar de todo lo que podemos pasar por ello, hay que tener presente que Dios está con nosotros, incluso en la enfermedad.
La enfermedad no era parte de los planes de Dios para la humanidad, sin embargo, todo empezó a causa del pecado, por la desobediencia del hombre que abrió la puerta a este mal.
Pese a ello, Dios nos da esperanza no solo para sanar las enfermedades físicas sino también el sanar todo nuestro ser del pecado y lo que nos trae dolor.
“Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.”
Isaías 53:4-5 NVI
A pesar del dolor o molestias que causan las enfermedades, que nuestra confianza en Dios no mengue, al contrario, que sea motivo para aferrarnos y pedirle de todo corazón que nos sane, según su voluntad y propósito.
“Sáname, oh Señor, y seré sanado; Sálvame y seré salvado, Porque Tú eres mi alabanza.”
Jeremías 17:14 NBLA
Dios está contigo aún en la enfermedad, aunque no veas o sientas esto, no dejes de confiar en Su promesa.
“…Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».”
Mateo 28:20b NBLA
En amor,
Raul & Rocío Borboa
CDO LONDRES
79 views05:49
C
