2022-09-02 18:01:33
Cuando se llega al fondo del asunto, hay dos formas de invertir: prestar (renta fija) o poseer (renta variable).
Cuando invierte en renta fija en el mercado monetario (con un Certificado de Depósito, un bono corporativo o un bono gubernamental) está haciendo un préstamo de su capital al emisor del título que está comprando.
Por el privilegio de usar su capital, el emisor se compromete a pagarle una tasa de interés (también conocida como cupón) durante el periodo acordado del préstamo, y a devolver su capital principal, en su totalidad, al final del periodo del préstamo, también conocido como vencimiento o maduración.
Cuando invierte en acciones (acciones individuales, ETFs, fondos mutuos), bienes raíces (propiedades unifamiliares, multifamilires, comerciales, REITs), o commodities (oro, plata, petróleo, ganado), estás comprando un activo cuyo rendimiento será “variable”, es decir, no estará garantizado.
La renta variable se divide en dos: la que produce flujo de efectivo (acciones y bienes raíces en forma de dividendos y alquileres) y la que sólo produce ganancias de capital (el oro, la plata, el petróleo y el ganado cuando suben de precio debido a dinámicas del mercado).
Estudiemos la inversión en renta variable que genera flujo de efectivo.
Cuando un inversionista compra acciones (renta variable), compra parte de la propiedad de una empresa.
El retorno de una inversión en acciones viene en dos formas: apreciación del capital (un aumento en el precio de la acción) y dividendos.
A diferencia de una inversión en renta fija (bonos, por ejemplo), las acciones comunes no pagan ninguna tasa de interés fija y no ofrecen garantías de que el inversor, no solo obtenga un retorno sobre el capital, sino un retorno del capital.
Otro ejemplo de inversión en renta variable son los bienes raíces.
El rendimiento de una propiedad viene comúnmente en dos formas: apreciación de la propiedad y renta en forma de alquileres.
Los inversores profesionales también obtienen rendimiento invirtiendo en bienes raíces de dos formas adicionales: depreciación (una deducción “fantasma” que disminuye el ingreso gravable, lo que aumenta el flujo de efectivo) y amortización (si se usa deuda para comprar la propiedad, el inquilino paga la deuda cada mes con el alquiler, aumentando el patrimonio del inversor en la propiedad).
La renta variable ofrece generalmente rendimientos más altos que la renta fija porque el riesgo es mayor.
Con las acciones, los dueños de la empresa son los ultimas en la fila a la hora de recibir el dinero en caso de que la empresa quiebre (primero reciben su dinero los tenedores de bonos, luego los proveedores, luego los empleados y, si queda algo, los accionistas lo reciben).
Con los bienes raíces, el inquilino puede incumplir en su renta, o puede dañar o propiedad, o las reparaciones pueden ser mayores de lo anticipado.
El portafolio de todos los inversionistas debe estar compuesto de las dos clases de inversiones que existen: renta fija y renta variable. Qué porcentaje de cada clase de activos debes asignar a cada uno depende de tu edad, tolerancia al riesgo, situación personal y financiera y metas de jubilación. Esto es algo que enseñamos en muchos detalle y con casos de estudio reales en nuestros cursos.
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