2022-06-23 04:45:11
Al llegar pudimos ver cómo estaban bajando los cuerpos de los chicos que habían perdido la vida de camino al hospital, y uno de los camilleros tocó el pecho de una de las jovencitas que habían llegado, el otro camillero hizo un gesto de desaprobación pero no le dijo nada. Podía ver la lujuria en sus ojos y mientras el doctor firmaba el ingreso de los cuerpos, a ese canijo de Jaime le faltaban manos para tocar a las jovencitas muertas.
Fue hasta que el doctor volteó a verlo y muy enfurecido le pidió que se retirara del lugar. Yo me acerqué muy disimuladamente a bajarle la blusa que ese mal nacido le había subido para tocarla; la señora Delia me platicó que Jaime llevaba muchos años trabajando ahí, y que había ciertos rumores sobre los extraños gustos de él.
-¿A que se refiere con eso doña Delia?, le pregunté curiosa.
—Mira hijita a mí no me hagas caso, pero por ahí cuentan las malas lenguas que ese desgraciado tiene intimidad con los pobres muertos.
—Déjese de bromas doña Delia, eso es algo bien delicado, aparte si fuera cierto usted cree que lo tuvieran trabajando aquí? le respondí desconcertada.
—Pues por eso te digo, es lo que dice la gente, sepa Dios cuál será la verdad, pero a ese canijo lo tienen trabajando aquí porque su tío es el director del hospital, y ni quien le diga nada, aparte no se te hace raro que solo quiera turnos de noche?
Este condenado mañoso pide estos turnos para poder hacer sus fechorías sin que nadie lo pueda ver, el doctor de la noche solo viene cuando le avisan que llegaron cuerpos.
Nos quedamos calladas cuando vimos que se acercaba el doctor Ramírez.
—¿Todo bien muchachas?, nos dijo con un tono amable.
—Sí doctor, es solo que me dan nervios estar entre los muertitos.-- respondió doña Delia.
—Ja, ja, ja, pero señora Delia!!! lleva trabajando más de 15 años aquí en el hospital, ya debería de estar acostumbrada a todo esto.
—No doctor, esto es algo a lo que yo no creo acostumbrarme nunca, mire nomás tan jóvenes, toda la vida por delante y vea nomás como terminaron.
—Pues sí, lamentablemente la juventud de ahora vive una vida bastante apresurada, no miden los riesgos y vea ahí las consecuencias, y ellos gracias a Dios no quedaron tan mal.
—Y a tí, ¿no te asusta estar tan cerca de los cadáveres?, me preguntó.
—Hay doctor, para serle sincera a mí me dan más miedo los vivos que los muertos, estos pobres, ya que me pueden hacer.
—Te equivocas, hay cosas que la ciencia no ha podido explicar, en todos los años que llevo de carrera me han sorprendido infinidad de cosas que pueden hacer los muertos, te parecerá tonto, pero en una ocasión, me trajeron un cuerpo de una mujer que había sido secuestrada y torturada, lamentablemente cuando la encontraron presentaba un grado de rigidez bastante avanzado, yo era recién graduado así que mi inexperiencia hizo que me pusiera muy nervioso, a tal grado de no saber que hacer o por donde empezar y ya en mi desesperación llamé a uno de mis maestros de la facultad para que me auxiliara, y cuando llegó comenzó a hablarle al cuerpo como si estuviera viva. Le dijo que tenía que ayudarnos para que ella pudiera reencontrarse con su familia, fue entonces que la rigidez de su cuerpo comenzó a desaparecer y de esa manera pudimos manipularla con facilidad para hacerle la autopsia.
—Hay doctor pues ojalá un día de estos también le metan un estate quieto al mano larga de ese mentado Jaime.
El doctor solo sonrió y se dio la vuelta para comenzar a trabajar, nosotros hicimos lo mismo, tratábamos de hacer el menor ruido posible para no distraer al doctor, después de algunos minutos llegó la hora de nuestro descanso así que salimos a cenar algo.
Estábamos terminando cuando se acerca Andrés, uno de los guardias de seguridad, para ver si teníamos un encendedor para prender su cigarro, le dijimos que no, y cuando estaba por irse, pasó Jaime por enfrente de nosotros fumando, a lo que yo le sugerí que se lo pidiera a él, pero Andrés se negó de inmediato, dijo que él jamás le pediría nada a ese monstruo, y al preguntarle por qué nos dijo:
43 viewsᵍᵐ⛧✞︎𝕸𝖆𝖗𝖎𝖊✞︎⛧ʰˡˡ, 01:45