Los vikingos llegaron a estar convencidos de que el Dios cristiano es más poderoso que todos los demás dioses.
Vieron cómo respondía a las oraciones de los cristianos.
Fueron testigos de milagros.
Vieron cómo los reyes cristianos y los misioneros podían destruir ídolos y desafiar a los dioses y tabúes paganos; sin sufrir efectos nocivos.
Vieron que sus dioses paganos eran impotentes ante el todopoderoso Jesucristo.
Cristo fue honrado y adorado como el poderoso guerrero que ha triunfado sobre todos los poderes de la muerte, el infierno y la tumba.
Él es el Cristo resucitado y ascendido, Rey de reyes y Señor de señores; con todas las demás autoridades en sujeción a él.
“Sí, todos los reyes se postrarán ante él; todas las naciones le servirán ". Salmo 72:11
La prominencia de la Cruz en cada bandera escandinava sirve como un testimonio dramático de la conversión de los vikingos.
