2023-06-11 23:21:41
https://www.panamaamerica.com.pa/opinion/haarp-el-arma-de-la-ultima-guerra-54812 Hace apenas unos días, navegando por los distintos afluentes de Internet, tropecé con un ensayo valiente y bien documentado del Dr. Michel Chossudovsky y quien es profesor de Economía enla Universidad de Ottawa y Autor del libro "La Globalización de la Pobreza". El artículo en mención se denomina "Las armas del nuevo orden mundial de Washington son capaces de provocar cambios climáticos".
La unipolar potencia mundial sigue perfeccionando su tecnología armamentista como en los tensos tiempos de la guerra fría y ahora bajo el "High-frecuency Active Aural Research Program (HAARP) (Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia), existe evidencia según Chossudovsky, que esta tecnología bélica está en funcionamiento y que tiene la capacidad potencial de desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. Es decir, el HAARP es una potente arma de destrucción masiva y podría constituirse en un instrumento de conquista que alteraría las condiciones climáticas en áreas determinadas, desestabilizando de manera selectiva sistemas agrícolas y ecológicas de vastas regiones.
Esta novedosa amenaza, al igual que otras manipulaciones climatológicas, no han sido consideradas en la Organización de Naciones Unidas, ni forman parte de la agenda de la Conferencia de Cambio Climático de la Haya, así como tampoco son claramente comprendidas por las organizaciones ecologistas del mundo. En relación con la cumbre climática realizada el pasado noviembre no sólo ignoraron el tema, sino que se reafirmó la negativa de Washington de cumplir con los compromisos para la reducción del dióxido de carbono adoptados en el protocolo de Kyoto, en 1997.
En los años 70, el antiguo Consejero Nacional de Seguridad Zbigniew Brzezinski en su ensayo "Between Two Ages" predice que la "La tecnología pondrá en disposición de los líderes de los principales países, las técnicas necesarias para conducir una guerra secreta, de las que se necesita informar sólo a un mínimo indispensable de las fuerzas de seguridad. Se podría emplear técnicas de modificación del clima para producir períodos prolongados de sequía o tormenta".
El antiguo Consejero de Seguridad norteamericano no se refería a una posibilidad, sino al conocimiento tecnológico con cierto nivel de desarrollo probado que les garantiza manejar cambios bruscos de clima por alteraciones atmosféricas utilizando ondas de radar de frecuencia extremadamente bajas.
Nos explica el Dr. Chossudovsky que el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP, según sus siglas en inglés) tiene su base en Gokoma, Alaska, y es administrado conjuntamente por la Fuerza Aérea y por la Marina de los EE.UU y forma parte de un nuevo proyecto de armas sofisticadas bajo la iniciativa Estratégica de Defensa de los EE.UU. El HAARP es operado por el Directorado de Vehículos Espaciales del laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea con un poderoso sistema de antenas capaces de crear modificaciones locales de la ionosfera.
Igualmente cita el autor del ensayo, al científico Dr. Nicholas Begich, quien mantiene una campaña pública contra el HAARP, al cual describe como: "Una tecnología superpoderosa de transmisión de ondas de radio que eleva áreas de la ionosfera (capa superior de la atmósfera) enfocando un haz y calentando esas áreas. Las ondas electromagnéticas rebotan, entonces, hacia la tierra y penetran todo, vivos y muertos".
Por su parte, la Dra. Rosalie Bertell, científica de reconocida reputación mundial, describe al HAARP como: "Un gigantesco calefactor que puede causar una mayor disrupción en la ionosfera, creando no sólo agujeros, sino largas incisiones en la capa protectora que impide que la radiación mortífera bombardee al planeta".
Aunque el HAARP ha sido presentado oficialmente a la opinión pública como un programa de investigación científica, los documentos militares, por lo menos lo ubican como "propósitos de defensa en las modificaciones ionoféricas inducidas".
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