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La mayoría de tus detractores no tienen idea de las turbulenci | Horizontes🖋📚📸

La mayoría de tus detractores no tienen idea de las turbulencias que ocurren detrás un micrófono en minuto y fracción, menos: durante 3 horas de béisbol en vivo o 54 años de trabajo continuado. No conocen cuán joven dejaste Chucho Alfredo, o que allá por el '68 narrabas en las noches, dormías en un sofá de la CMHW para amanecer en Patria y seguir para la universidad a hacerte profesor.

Ilusos. Lo pones tan sencillo que no entienden que narrar y comentar béisbol para la radio es un oficio de titanes. No recuerdan que crecieron escuchando tus crónicas improvisadas o tus denuncias en la Explosión de las 12. Tal vez nunca les saludaste un familiar o los miraste de soslayo porque no tenías el mejor de los días. Pobres. No te perdonan por perderse una jugada y no supieron disfrutar los bienaventurados achaques de una garganta irrepetible, una fraseología criolla que trasciende el tiempo y el deporte.

Normando Hernández Castro se ganó durante cinco décadas el derecho inalienable a retirarse como el gran deportista que no fue: con la ovación cerrada del Augusto César Sandino. Ayer me contó que todo lo que hizo lo hizo con amor y absoluta entrega, que triste hubiera sido pasar inadvertido. Aplaudí cuando le vi levantar los brazos como campeón de la gente. Villa Clara no podía perder la racha que traía del occidente el día que Normando colgara los guantes.

Sabemos que dejó listo su relevo, que se marchará de a poco, que hasta sus detractores le aplauden con el oído.

Descanse para bien: solo los micrófonos tienen derecho a juzgarte. Te extrañaremos pronto, maestro, un honor ser parte de tu retiro...

Lázaro Ernesto Arias Yusta