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MENSAJE DEL SANTO CULTO DEL MIÉRCOLES 24 DE AGOSTO EL ALIVIO | Iglesia Universal Argentina

MENSAJE DEL SANTO CULTO DEL MIÉRCOLES 24 DE AGOSTO

EL ALIVIO DEL SEÑOR


Hay tres señales que hemos observado del regreso de Jesús.
 
1-El diablo ha bombardeado a la familia.
2-La maldad se ha multiplicado.
3-Las personas están ciegas espiritualmente.
 
¿Y cuál es la causa de todo esto?
¿Sabe usted cuál es la causa?
El pecado.

La Biblia dice que la paga del pecado es la muerte.
Donde está el pecado hay mentira, falta de sinceridad, maldad, ceguera espiritual, todo eso es culpa del pecado. Porque, claro, ¿cómo una persona que vive en el pecado va a tener visión espiritual?
¿Y cómo hay que hacer para librarse del pecado?

“Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor”.
Hechos 3:19
 
Solo entregándose al Señor Jesús, porque Él apareció para deshacer las obras del diablo.

Primero, usted debe arrepentirse de sus pecados, de la mentira, del adulterio, de la pornografía, de los chismes, de la fornicación, del robo, del engaño…

Por eso el apóstol dice “arrepiéntanse”, hay que arrepentirse sin culpar a nadie, ni a las personas ni a Dios.

Y después él dice “conviértanse”.
¿Qué es convertirse?
Es un giro de 180 grados, usted está yendo hacia un lado y se da vuelta y comienza a ir hacia el lado opuesto.

Usted debe decirle a Dios: “Señor, no quiero ser más como soy, quiero dejar esta vida, le doy la espalda a la vida que vivía, al pecado”. Y entonces se convierte y empieza a practicar lo que es correcto.

Cuando eso sucede, usted, que estaba cargado, recibe de Dios alivio. Sale de usted la carga del pecado. Cuando la persona está en pecado la conciencia acusa y está pesada.

“… a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor”

Algunas traducciones de la Biblia dicen descanso, refrigerio, es como refrescar el alma.

Pero es necesario que uno se arrepienta y se convierta.
Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse…

Es el pecado lo que separa al ser humano de Dios y trae todo tipo de dolor y sufrimiento. Sin embargo, al arrepentirse y convertirse de la vida incorrecta, la persona alcanza la liberación de su alma. Cuando eso sucede, el Espíritu Santo proporciona la paz que proviene de Su perdón. Además de traerle alivio a su alma, Él realiza el mayor de todos los milagros en tu vida: la regeneración, es decir, el nuevo nacimiento.

La persona que vive en pecado no tiene paz, porque el pecado la atormenta. Pero, cuando hay arrepentimiento y conversión, los pecados son borrados y viene el alivio del Señor.
 
Piense en eso.
 
Dios le bendiga.