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Llevo todos estos días viendo la cobertura que hacen periodist | Inna Afinogenova

Llevo todos estos días viendo la cobertura que hacen periodistas rusos del conflicto entre Palestina e Israel (tanto desde Moscú como desde el exilio).

A estas alturas ya no me debería sorprender que sean tan rabiosamente prosionistas (aunque ellos lo definen con el simplismo de no ser antisemita, como si no apoyar al Estado israelí supusiera serlo), casi sin excepción. El Estado de Israel es aliado histórico de Rusia, muchos rusos tienen familiares en Israel, muchos se acogieron a la ley del retorno… estábamos acostumbrados a que amigos progresistas defendieran a gritos el argumentario del Estado de Israel sobre “los terroristas envidiosos incapaces de construir nada”.

Y cuando creí que nada me iba a indignar ya a estas alturas, abrí un canal de youtube que sigo mucho que acaba de publicar un podcast titulado: “El apoyo a la causa palestina en Europa”. Una mesa de análisis se montaron para abordar los motivos de semejante “barbaridad”, como lo describen ellos.

Gente que se opuso a la invasión rusa de Ucrania y que se opone a la tesis de culpabilidad colectiva. Castigo colectivo con rusos no, porque no todos los rusos apoyan a Putin (algo cierto y lógico). Ahora, castigo colectivo con palestinos, claro que sí, hombre, que son todos terroristas. Para evitar el supuesto antisemitismo, caen en otra xenofobia sin pestañear.

Dos años los rusos estuvimos sometidos al esencialismo, esa tendencia de atribuirle a grupos enteros características específicas (“pueblo de esclavos incapaz de tumbar al tirano”, por ejemplo, “144 millones de resentidos” o “imperialistas por naturaleza”). Una piensa que una vez que te someten a eso no vas a ser tú el que agarre el mismo martillo para machacar con él a otros. Pero no.

Una mesa redonda para analizar el bárbaro apoyo de la sociedad civil en Europa hacia la causa palestina.