Hoy se cumplen 25 años desde que la OTAN arrojó 9.000 tonelada | Inna Afinogenova

Hoy se cumplen 25 años desde que la OTAN arrojó 9.000 toneladas de bombas sobre Yugoslavia. Sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y escudándose en la excusa que luego empezó a usarse a diestra y siniestra para justificar crímenes de guerra: intervención humanitaria (algo que sólo una alianza defensiva como lo es la alianza atlántica puede llevar a cabo).

Hace unos meses vi un documental titulado “Qué pasó en Yugoslavia” filmado por el cineasta hispano serbio Boris Kozlov, que me sorprendió. En la Rusia de los 90 había mucha más claridad acerca de esta “operación humanitaria” y el papel de la OTAN y EEUU en ella. Vi, leí, y oí mucho sobre el tema desde niña: en casa, en la calle, en el cole. Pero la historia de Boris transmite mucho más que un análisis geopolítico.

El lunes pasado hablamos con él sobre su trabajo, su vida y el dolor que arrastra una persona tocada por la guerra.

Sobre la guerras “justas”, “inevitables” y los canallas que las jalean. Dice que tardó 20 años en procesar lo que pasó. No sé si uno termina de procesarlo del todo.

En un mundo afectado por una epidemia de belicismo, con una aplastante y desnortada mayoría de ‘gente de bien’, profesando el culto a la venganza, y una aplastante mayoría de los medios ‘de confianza’ bailando al son de la maquinaria bélica, nunca está de más escuchar una voz como la de Boris, que ha desarrollado cierta inmunidad a los mensajes de apología de la muerte y de la guerra.

Aquí la entrevista (que se estrena en media hora):



Aqui el documental de Boris: