Empuñadura apotropaica (yegua) de falcata con un "labrys mágico" al que le faltan obviamente las piedras. Cada empuñadura estaba hecha a medida de los cuatro primeros dedos de la mano del dueño quedando el pulgar por fuera.
Los pueblos mediterráneos practicaban el culto a la Gran Madre, a la diosa, y eran fundamentalmente telúricos y lunares. Inevitablemente, la Falcata Ibérica ha sido comparada a las espadas de tipo asimétrico cuya forma evoca precisamente al perfil de la luna en creciente. Por su parte, los pueblos indo-europeos practicaban los cultos masculinos, viriles y solares.
Cabré, arqueólogo español, quiso ver en esta espada una prolongación del brazo elevado y con la palma extendida con el que los celtíberos saludaban al sol. Sus antenas Globulares a semejanza de testiculos.
El enfrentamiento entre Tierra y Mar, entre Política y Economía, entre diosas telúricas y dioses solares, entre comerciantes y guerreros, se saldó con la victoria de Roma. Y de aquellos lodos estos barros.
