2022-07-31 13:29:56
SACRIFICÁOS AHORA Y OBTENDRÉIS BUENA GANANCIA 31 DE JULIO DE 1987 DÍA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA CENÁCULO MARÍA, REINA UNIVERSAL, VOZ DEL CIELO PARA LA SALVACION DE LA ALMAS Guardad siempre en vuestro recuerdo esta reunión de hoy.
Vosotros
estáis sedientos de mi Palabra, dice el Señor, mas cuando salís a ese mundo pervertido os quitáis la gracia de vosotros mismos
(con el pecado.). No permitáis que el enemigo
mande en vuestras vidas, sabéis bien el efecto que eso trae.
Si buscáis respuesta a todo quedaréis en la nada, si os sumergís en la
confianza en el Señor, vibraréis en cada palabra recibida y recibiréis bendiciones abundantes a cada momento, estéis en donde estéis, pues
Yo ando entre vosotros, reuniendo mi rebaño. No debéis cerrar los ojos a lo que el Señor pide, no debéis tapar vuestras bocas cuando el Espíritu sopla, pues Yo os muevo a ser
mis nuevos testigos en este mundo. Los necios
caerán de rodillas bajo la Justicia, los santos ya están de rodillas agradeciendo al Señor sus enormes pruebas de amor.
Dice el Señor que hoy podrá bendecir a todos los que quieran recibir una bendición especial antes de retirarse se podrá imponer las manos a todos los que deseen.
Aquél que abra su corazón a la fe, hoy recibirá un primer impulso, luego deberán ellos cuidarlo, porque la gracia en el mundo se desgasta fácilmente. Ahora dice el Señor que este mes que sigue volved vuestros ojos hacia el mundo, volved vuestra vista hacia este planeta que empezerá a ser sacudido.
Orad más, orad mejor, orad con profundidad. Reencontrad el Espíritu que reina en vosotros; mirad que no permito en ustedes dudas sobre los Sacramentos, pues /el perdón de los pecados ha sido establecido por mí para ustedes** y nadie puede justificarse, ni excusarse de esta forma que Yo he elegido, desde el principio, para que os limpiéis el alma.
Ved que
las palabras dichas contra la Penitencia salen de vuestro orgullo y a eso apunta este santo perdón que viene de vuestro Dios.
Solo el Señor puede detener el rugido del mar con su palabra, solo el Señor puede doblegar a la copa de los árboles hasta el suelo con un gesto de su rostro; pero
solo el Señor os ama más de lo que os amáis vosotros mismos y desea que compartáis con Él el torrente de felicidad, el río de agua viva, el lugar reservado para los fieles hasta el fin.
Os invito a mi Reino, os invito a mi hogar, os invito a mi Cielo.
Sacrificaos ahora y obtendréis buena ganancia, venid, venid a mí y Yo os conservaré eternamente.
Besad esta tierra, pues a través de ella podréis ganar las gracias que os harán Dios con Dios.
No temáis estar de rodillas, no os avergoncéis de mencionar mi nombre en todo tiempo y lugar.
Ahora estáis aquí por decisión propia,
cuando todo suceda estaréis así reunidos todos por miedo, pero por esperanza también en Mí.
Yo os preservaré, mis amadas almas,
Yo os defenderé, luchad ahora un poco, solos tal vez, mas luego si el enemigo aprieta el paso, allí
me mostraré con mayor fuerza. Habéis visto como obra mi palabra en el pueblo, ved, pobres ovejas sin pastor,
Yo mismo me hago cargo de vuestra salvación, pero no dejéis penetrar el orgullo en vuestras almas.
Nadie es más que nadie, dije una vez, y nadie es más que nadie, digo ahora,
obedeced con confianza y humildad. Todos estáis en el lugar que os corresponde. Bajo mi dirección, nunca os perderéis en divagaciones inútiles.
Pedid,
pedid clemencia, pedid piedad por vuestras faltas,
pedid más misericordia aún, pues faltan muchos hermanos en el rebaño.
Dice el Señor que continuemos con nuestras oraciones, que más adelante va a explicar unas cosas más.
Pero dice que recemos con mucho fervor porque lo que va a decir va a ser muy importante.
Lectura: San Juan, Cap. 10, Vers. 24 al 31.
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