2022-07-29 07:14:51
29 DE JULIO 2022
JESÚS: EL QUE SANA LAS DOLENCIAS
"Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."
Hechos 10:38
Nos movemos en un mundo en donde la enfermedad causa los peores estragos, en donde muchos padecen de infecciones, virus antiguos y nuevos; en donde aparecen de forma repentina enfermedades insospechadas que matan a muchos y causan pánico al resto. Vivimos en un tiempo en el cual la gente está azotada indiscriminadamente, por dolencias, padecimientos y afecciones.
Conocedor de su tiempo y su cultura, Jesucristo percibía con inmenso dolor, la difícil situación que vivían las personas enfermas, quienes, aparte de sus dolores físicos, tenían que enfrentarse a la marginación y a la carencia de los bienes indispensables para su vida. Esto lo llevó a sentir en lo más profundo de su corazón, una inmensa compasión por todas ellas, sin importar su enfermedad, su condición social, su sexo o su lugar de origen. Pero Cristo no se acercaba a los enfermos, con la preocupación de un médico, que simplemente deseaba resolver el problema biológico creado por la enfermedad como tal, sino que su intención fundamental era recuperar y «reconstruir», plenamente, a estos hombres y mujeres hundidos en el dolor físico, y también en el dolor espiritual que implicaba para ellos sentirse condenados por la sociedad y la religión. Jesús no fue simplemente un curador de enfermedades, sino también, y sobre todo, un rehabilitador de hombres y mujeres destruidos y un verdadero liberador.
Por eso Jesús, no se detenía ante nada; ni siquiera ante las leyes y normas religiosas, que mandaban «no trabajar» el sábado, día dedicado a Dios y también, no tocar a los enfermos, particularmente a los leprosos, para no contaminarse de su supuesta impureza.
Hoy cada uno de nosotros también podemos experimentar el toque sanador de Cristo. Sólo tenemos que confíar que su poder no ha cambiado y podemos recuperar nuestra salud y nuestras vidas. Dios te bendiga.
Oración: Amando Dios, ante tanto dolor y enfermedad y ante tanta desesperanza que hay en el mundo, sólo podemos darte las gracias por tu provisión de sanidad, salud y restauración de nuestros cuerpos. En el Nombre de Jesús. Amén
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