2022-08-31 14:10:27
EL SEÑOR LE MUESTRA A LA BEATA ANA C. EMMERICK UNA CONJURA PARA INTRODUCIR A UN PASTOR FALSO, A UN USURPADOR, EN EL VÉRTICE DE LA IGLESIA: “Vi a continuación que cuando ellos introducían el obispo de la manera que se habían propuesto, él era intruso, introducido contra la voluntad del Papa y que no poseía legítimamente la autoridad espiritual” (AA.III.128).
“¡Ellos quieren quitar al pastor el prado que le es propio! ¡Quieren imponer otro que deja todo en manos de los enemigos! Entonces, tomada por la cólera, ella elevaba el puño cerrado diciendo: ¡Alemanes Bribones! ¡Escuchad! ¡No lo conseguiréis! ¡El pastor está en una rocalla! ¡Ustedes, sacerdotes, no se mueven! ¡Dormís y la granja arde por todos los lados! ¡no hacéis nada! ¡Cómo lloraréis por eso un día!” (AA.III.184).
“Vi que, en ciertos casos de extrema desdicha, el Papa tiene visiones y apariciones” (AA.II.414).
“Ellos construían una gran iglesia, extraña y extravagante; todo el mundo tenía que entrar en ella para unirse y poseer allí los mismos derechos; evangélicos, católicos, sectas de todo tipo: lo que debía ser una verdadera comunión de los profanos donde no habría más que un pastor y un rebaño. Tenía que haber también un Papa pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de antemano y muchas cosas estaban ya hechas: pero en el lugar del altar, no había más que desolación y abominación” (AA.III.188).
«De nuevo vi la visión en la que la iglesia de San Pedro era minada, siguiendo un plan hecho por la secta secreta, al mismo tiempo que era deteriorada por las tormentas» (AA.III.103).
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