La maternidad no siempre es glamorosa, pero siempre es hermosa.
La maternidad no siempre es fácil, pero siempre es valiosa.
La maternidad no siempre es reconocida, pero siempre es significativa.
La maternidad no siempre es dulce, pero siempre es enriquecedora.
Puede que por momentos el mundo no tenga en alta estima la maternidad, pero sin la contribución de la maternidad, el mundo nada sería. No habrían médicos, ni abogados, ni ministros ni políticos, ni maestros ni bomberos, si no fuera por las madres. La ocupación que no requiere sueldo para hacerse, sino que es impulsado por puro amor. Sus cuerpos y sus corazones, su juventud y sus días, todo lo entregan con el único fin de ver sonreír el fruto de su labor.
Te amo esposa mía, madre de mis hijos; Te amo madre mía, que me diste la vida; Te amo madre de mi esposa, que me diste mi esposa; Las amo hijas mías, que un día, DIOS mediante, también a ustedes se les conceda esta alta vocación de traer vida y gozo al mundo.
