Conozco muchos casos de personas divorciadas (pero aún casadas ante Dios) vueltas a casar civilmente que viven en situaciones irregulares por falta de catequesis, porque no saben cómo iniciar un proceso legítimo de nulidad, o porque no saben si su matrimonio Cristiano (no Católico) fue válido, etc. Por la salvación de sus almas y amor a Dios, es importante que detengan este grave estilo de vida que pone en peligro la salvación de sus almas (lo mismo para las personas jamás casadas que viven en “unión libre”).
Busquen un buen sacerdote que los oriente, y hagan todo para resolver su caso prudentemente o hacer un cambio de vida radical. Entiendo cuan difícil es esta decisión para muchos (porque involucra a los hijos y otra “separación”) pero Dios nos pide que seamos radicales en la entrega y amor hacia Él. No hay medias tintas. Pongan esto en oración, busquen la confesión (que es el trono de la misericordia de Dios) y vivan una vida de gracia confiando en la divina providencia.
