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Lo más bonito que leerás hoy - muy estimados todos: hoy mientr | Jorge Enrique Mújica, LC

Lo más bonito que leerás hoy - muy estimados todos: hoy mientras rezaba el Breviario sacerdotal en la capilla me encontré con que es día de santa Mónica, madre de san Agustín, un santo que llegó a tal por las rodillas orantes de su madre. Como sabrán, también el esposo, Patricio, se convirtió al final de la vida gracias a la intercesión de ella. He pensado en tantas madres de familia, dentro de las cuales se encuentran seguramente muchas de uds, que en el silencio de su día a día llevan esa cruz de un hijo, una hija o un esposo necesitados de oración y conversión…

Estando en esos pensamientos, me topé con este hermoso himno que el mismo Breviario nos presentaba y que pensé que venía a ser un homenaje de Dios a tantas mujeres que han sido sostén de sus familias, de muchos modos y en tantos lugares y tiempos:

La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene.

Hizo del templo su casa;
mantuvo ardiendo su lámpara.

En la mesa de los hijos,
hizo a los pobres un sitio.

Guardó memoria a sus muertos;
gastó en los vivos su tiempo.

Sirvió, consoló, dio fuerzas;
guardó para sí sus penas.

Vistió el dolor de plegaria;
la soledad, de esperanza.

Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.

La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene. Amén.

Un poco de tiempo antes una persona que aprecio me había pedido oración por ella. Y eso me hizo pensar en tantas mujeres que no en el pasado, sino ahora, cargan el dolor de una familia no siempre perfecta. Y fue así que llegué a otro himno del breviario en este día de santa Mónica:

Dichosas sois vosotras que guardasteis
con amor maternal en vuestro seno
la palabra del Hijo que engendrasteis
en la vida de fe y de amor pleno.

Dichosas sois vosotras que en la vida
hicisteis de la fe vuestra entereza,
vuestra gracia en la Gracia fue asumida,
maravilla de Dios y de belleza.

Dichosas sois vosotras que supisteis
ser hijas del amor que Dios os daba,
y así, en la fe, de muchos madres fuisteis,
fecunda plenitud que nunca acaba.

No dejéis de ser madres en la gloria
de los hombres que luchan con anhelo,
ante Dios vuestro amor haga memoria
de los hijos que esperan ir al cielo. Amén.

Sé que este mensaje lo leen no sólo esposas y madres sino también hijos, esposos, hermanos, amigos… En este día de santa Mónica no está demás agradecer el estar sostenidos por la oración oculta de una madre que ora. Y a ti, querida esposa y madre te digo: una mujer de rodillas no sólo mantiene a sus hijos y esposo de pie; una mujer que ora sostiene al mundo! No es un decir, es lo que podemos ver en santa Mónica hoy. Gracias de todo corazón.

Por cierto, los restos mortales de santa Mónica están en la basílica de san Agustín en Roma.

P. Jorge Enrique Mújica, LC | tiktok.com/@web_pastor