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Normalmente cuando perdemos algo la tristeza nos invade, sin e | CASA DE ORACION LONDRES

Normalmente cuando perdemos algo la tristeza nos invade, sin embargo, cuando entregamos algo de buena voluntad, el ya no poseer eso, deja de ser una pérdida.

Cuentan que algún tiempo después de la guerra civil de los Estados Unidos se celebró un banquete patrocinado por un departamento del Ejército, y cuando el maestro de ceremonias presentó al orador principal, mencionó el hecho de que era un hombre que había perdido una pierna en la guerra.

El veterano se puso de pie y fue saludado con vítores entusiastas, pero levantó la mano  diciendo que deseaba hacer una corrección:
• Nuestro maestro de ceremonias cometió una leve equivocación al presentarme. Yo no he perdido nada en la guerra, la di de buena voluntad.
Habríamos dado a nuestra patria todo lo que teníamos y lo que poseíamos para ganar la libertad de los esclavos en una patria que nuestros antepasados declararon patria de los hombres libres.

Solamente teniendo esa clase de consagración, estando dispuestos a dar todo de buena voluntad para un fin mayor, como es el Reino de Dios,  podríamos gozarnos en todas las circunstancias, sintiéndonos parte de la gran tarea que empezaron nuestros antepasados de la fe.

Dios nunca te pedirá nada que no tengas, no importa si es mucho o poco, lo importante es el corazón con el que damos.

“Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra.”
2 Corintios 9:7-8 NBLA

Y no se trata solamente de cosas materiales. Si por ejemplo, decides dedicar algunas horas de tu semana a ayudar a ancianos, si lo haces de corazón te llenará de alegría; sin embargo, si lo haces solamente por compromiso lo más seguro es que lo consideres una pérdida de tiempo y te resulte una labor muy pesada.

“Lleven ahora a feliz término la obra, para que, según sus posibilidades, cumplan con lo que de buena gana propusieron. Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene.”
2 Corintios 8:11-12 NVI

Recuerda, ya sea que le des algo voluntariamente a Dios o que Él te lo pida, si lo das de buena gana, nunca será una pérdida.

En amor,
Raul & Rocío Borboa
CDO LONDRES