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A veces lo único que vemos son personas con caras serias o mol | CASA DE ORACION LONDRES

A veces lo único que vemos son personas con caras serias o molestas, es muy difícil encontrar personas sonrientes pero, ¿te diste cuenta que las sonrisas son contagiosas?

Un maestro de escuela dominical andaba apresurado por la calle, camino a la iglesia, cuando notó un niñito que se asomaba por una ventana bajo la cual pasaba. Volviéndose hacia el niño, sonrió amablemente y el niño devolvió la sonrisa.

Al domingo siguiente pasó junto a la casa de aquel niño, el cual se hallaba también en la ventana, y el maestro lo saludó con la mano.

La semana siguiente estaba toda la familia, al parecer, junto al niño de la ventana, y aquel domingo lo siguió un miembro de la familia, que lo vio entrar en una iglesia cercana. El domingo siguiente varios de los miembros de aquella familia asistieron a la escuela Dominical.

Más adelante fue ganada la familia entera para Cristo, todo ello como resultado de una sonrisa amistosa mostrada al niño al pasar.

No es fácil ser diferente ni sonreír cuando tenemos problemas, sin embargo, podemos enfrentar mejor nuestros problemas cuando sabemos que Dios nunca nos abandona y que sus planes siempre son mejores que los nuestros.

“Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.”
1 Tesalonicenses 5:16-18 NBLA

El agradecimiento es una parte esencial de tener un corazón alegre. Puede ser que nuestras vidas no sean como imaginamos, pero siempre hay razones para agradecerle a Dios.

“Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense! La bondad de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.”
Filipenses 4:4-5 NBLA

Solamente podremos ser capaces de alegrarnos si reconocemos el favor de Dios en nuestras vidas y si somos capaces de ver más allá de las circunstancias.

El poder sonreír pese a las circunstancias hará que la gente quiera saber más acerca del motivo de nuestra felicidad, y recuerda que ser felices no depende de lo mucho que tenemos para dar, sino que nuestra confianza en Dios, el hacer las cosas con amor y dar  lo que tenemos de corazón, hará una diferencia.

En amor,
Raul & Rocío Borboa
CDO LONDRES