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No todas las personas te tratarán o recibirán bien. Muchos hab | CASA DE ORACION LONDRES

No todas las personas te tratarán o recibirán bien. Muchos hablaran mal de ti, otros herirán tus sentimientos y te crearan problemas. Algunos muy cercanos a ti te traicionaran y herirán, otros se enojarán contigo.

Entonces, ¿cómo responder a los que nos tratan mal? ¿Cómo respondió el Señor a todo eso?
 
Durante su tiempo aquí en la tierra, Él enfrentó a muchas personas que lo trataron mal. Unos querían apedrearlo (Juan 10:22-42), otros hablaban mal de Él (Mateo 12:22-30), algunos se burlaron de Él (Mateo 27:27-31), pero Cristo Jesús nunca mostró una actitud o reacción de orgullo. Por el contrario, mostró amor y compasión.

Aún antes de morir y pasar por el sufrimiento más terrible que un ser humano puede pasar, dijo a Su Padre: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» (Lucas 23:34)

Por lo tanto, Él trató a las personas, incluyéndonos nosotros, con amor, misericordia, compasión, paciencia, bondad, y nos instruye a que hagamos lo mismos con los que nos tratan mal.

“Nunca paguen a nadie mal por mal. Respeten lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres. Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, Yo pagaré», dice el Señor. «Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza». No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien.”
Romanos 12:17-21 NBLA

Una de las respuestas a aquellas personas que nos tratan mal es, no hacerles el mismo daño. Dios nos manda a no lastimar a las personas. Si alguien nos trata mal, no le paguemos con la misma moneda. Por el contrario, busquemos hacerle el bien de alguna manera. Puede parecer antinatural e incluso incorrecto, pero de esa manera demostraremos que Dios vive en nosotros.  

Otra manera de responder a las personas que nos tratan mal es, no buscando conflictos, sino la paz. Nosotros no somos hijos de alguien que crea conflictos sino hijos del Príncipe de paz. Por lo tanto, evitemos los conflictos y busquemos siempre una solución.

Entregar y dejar en manos de Dios nuestros problemas es lo mejor. Él es soberano y justo. Por lo tanto, esta es otra de las maneras en que podemos responder a las personas que nos dañan, dejando sus vidas en manos de Dios. 

Por último, estamos llamados a vencer el mal, con el bien. Generalmente las personas que lastiman no conocen a Dios y no saben qué es amar. Por lo tanto, esta es una buena oportunidad para enseñarles a amar y hacer lo correcto.

Trata a esa persona que te lastimó con paciencia y dominio propio. Dale el mismo amor, gracia y misericordia que recibes de Dios.

En amor,
Raul & Rocio Borboa
CDO LONDRES