2021-05-04 05:06:19
Nada más llegar a la discoteca me crucé con su mirada. Estaba sentado en la barra tomando una cerveza, solo. Sus ojos verdes escrutaron mi cuerpo con sigilo, sus movimientos eran lentos pero desbordados de seguridad. Hice una seña al bartender para que me pusiera lo mismo de siempre, un margarita bien cargado. Mientras aguardaba mi trago lo vi acercarse, me saludó con una sonrisa pícara pero discreta y halagó mi físico con especial romanticismo. No voy a mentirles, me gustó, me sedujo con su sutileza sexy, los ojos casi felinos, los movimientos escurridizos, la precisión de cada palabra.
La voz metalizada del Dj anunció el fin de la fiesta, y como si temiera el fin de nuestro encuentro, me robó un beso tan húmedo como rápido. Le hice saber que yo tampoco deseaba el fin de la noche y nos fuimos juntos al hotel más cercano. La luz de la habitación era tenue, mas no me impedía distinguirlo todo. Él descorchó una botella de vino y sirvió para las dos. Como yo había bebido bastante, había también olvidado mi vergüenza y mi comportamiento siempre correcto, así que comencé a desnudarme mientras le bailaba de forma sensual.
Él se puso de pie, se acercó mucho a mi, como para besarme; me impresionaron sus ojos, estaban aún más verdes, incluso, parecían brillar. Separó los labios he hizo un gesto para sacar la lengua. No podía ser real, creí que estaba soñando, su lengua era una serpiente que se iba volviendo cada vez más larga. Él se quedó mirándome fijamente mientras su lengua se enroscaba en mi cuello y cortaba mi respiración; no era un sueño, no estaba borracha, estaba siendo asfixiada por aquella serpiente y él lo disfrutaba con sadismo.
#ciclotimiaenletras
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