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5. La gracia de Dios es introducida justo un versículo antes e | Apologética 1 Pedro 3, 15

5. La gracia de Dios es introducida justo un versículo antes en Romanos 2:4, donde Pablo dice: “¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?” Las cualidades divinas de “bondad”, “tolerancia” y “paciencia” son virtudes de Dios que fluyen de su gracia (Efesios 2:7; Tito 3:4; Romanos 11:22). Si Dios no estuviera mostrando la gracia, su respuesta sería no mostrar misericordia hacia los hombres y, así, destruirlos al menor signo de desobediencia. Aún más, Dios no está obligado a “guiarles al arrepentimiento”, o a tolerarles su pecado. Es la gracia de Dios la que da a los hombres la oportunidad y los guía a arrepentirse y hacer buenas obras.

6. Como Pablo habla de “arrepentimiento” en Romanos 2:4, y sigue con Dios dando “vida eterna” a los que se han arrepentido y “perseveran en hacer el bien”, e “ira e indignación” a los que no se han arrepentido, todos los elementos del evangelio del Nuevo Testamento están presentes en este pasaje.

7. A esta luz, las buenas obras de Romanos 2:6-8, hechas en el contexto del arrepentimiento del pecado, son obras que presuponen la fe en Dios, así­ como un reconocimiento del pecado personal. Uno no puede arrepentirse ante Dios y hacer buenas obras (esto es, obras que son hechas con el propósito de “honrar a Dios y buscar inmortalidad”) sin creer verdaderamente en Dios. Por eso, las obras de Romanos 2:6-8, acompañadas por la fe y el arrepentimiento, NO son obras hechas bajo el principio de deuda u obligación que Pablo repudia en Romanos 4:4, sino obras hechas con una actitud devota y que buscan el reconocimiento y la recompensa desde el interior de la gracia de Dios.

8. Si Pablo eleva hacer obras para obtener la vida eterna a la altura a la que lo hace en Romanos 2:6-10, ¿qué podemos entonces concluir sobre el entendimiento de Pablo de las obras en relación con la justificación? La conclusión debe ser que las obras son necesarias para la justificación, y, de hecho, son uno de los fundamentales factores determinantes para obtener o no la salvación. Decimos esto con la salvedad de que Pablo condena rotundamente las obras hechas jactándose con la intención de obligar a Dios a pagar al trabajador con la salvación (Efesios 2:8-9; Tito 3:5).

9. La única forma en que Dios puede aceptar nuestras obras es por Su gracia, del mismo modo en que acepta nuestra fe por Su gracia. Las obras hechas bajo los auspicios de la gracia de Dios, esto es, las obras que no reclaman pago de Dios, sino que son recompensadas sólo debido a la bondad y misericordia de Dios, son las obras que Pablo exige para la salvación. Estas obras deben continuar a lo largo de nuestras vidas para que seamos justificados (Romanos 2:13; Santiago 2:1-26).

Fuente: https://mercaba.org/ARTICULOS/E/enseno_san_pablo_la_justificacio.htm