Algunas personas oran sin tomar consciencia del acto, le piden al Señor que les dé guía, pero no escuchan su respuesta. En vez, toman su propia decisión y confían en que Él la bendecirá. Sin embargo, esperar a que Dios bendiga lo que no es de Él, hará que desaprovechemos lo mejor que tiene para nosotros. Por eso debemos estar alerta e identificar cuáles son las barreras que nos impiden escuchar su dirección de manera precisa.
Entonces, debemos tener cuidado con los consejos desacertados. Hasta los amigos con las mejores intenciones pueden desviarnos. Debemos buscar el consejo de quienes caminan con el Señor y viven a través de Su Palabra. Al mismo tiempo es importante que tengamos cuidado cuando nos sintamos impacientes, inseguros o presionados de alguna manera. Estas emociones pueden llevarnos a tomar decisiones imprudentes. La paciencia es difícil de poner en práctica, pero la voluntad perfecta de Dios hace que la espera siempre valga la pena.
