2022-05-12 10:15:58
DÍA 18
“Soy observador de mis pensamientos y emociones" ¿En qué piensas constantemente?
¿Cuáles son tus emociones predominantes durante el día? ¿Qué estás pensando ahora y que te hace sentir?
Las respuestas a estas preguntas, son también el tipo de vibración energética que estás emitiendo.
No siempre estamos conscientes del contenido que hay en nuestra mente, ni de nuestros estados emocionales. Ser el "observador" nos ayudará a estar más consciente de tus pensamientos, emociones y acciones, también de la energía que emites y podras cambiar aquellas respuestas automáticas que haz estado llevando por años y te hacen daño a ti y a otros.
Si sabes cómo reaccionas ante alguna situación, te ayudará a cuidar mejor de ti, y no dejarte llevar por emociones intensas automáticas.
Si sabes que un día lluvioso y frio te recuerda momentos tristes y te sientes con angustia y rabia (modo automático). Sería una gran alternativa intentar enfocar tu atención en algo más positivo, (retomar el control de tí).
Muchas veces vivimos en modo automático, es decir no estamos procesando conscientemente nuestras respuestas. Observarte, con amor, sin críticas, sin lamentaciones y con aceptación. De esta manera abrirás tu entendimiento a tu ser. Conocerás aspectos ocultos de tí mismo, limpiaras el punto ciego que no te permite ver por completo. Somos almas viviendo una existencia humana, estás aprendiendo, las emociones están para señalarte en que vibración te encuentras. Si te sientes feliz, saludable, animado, pensando positivo, estás vibrando positivo.
Si te sientes desanimado, molesto, iracundo, inseguro, preocupado, angustiado, probablemente estás pensando negativo y así también será tu vibración energética.
Cuida de tí, se amable contigo mismo, pon atención a los estados emocionales, a los contenidos de tu mente, y no te dejes dominar por respuestas condicionadas, ese no eres tú, es un mal hábito adquirido. Tu eres Amor, tu vibración original es el Amor, es Luz. Todo lo que no resuene con Amor, no es real, es ilusión de la mente, del ego.
La divinidad en mí reconoce y bendice la divinidad en tí.
Namasté
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