'Si uno tiene oídos para escuchar, ¡escuche!'   La declaración | La Buena Nueva - Evangelio diario y meditación a la Palabra de Dios

"Si uno tiene oídos para escuchar, ¡escuche!"
 
La declaración de Jesús parece una deducción lógica y, sin embargo, resuena como una advertencia que nos invita a verificar nuestra forma de actuar. Muchas veces, de hecho, nos encontramos contar con recursos, herramientas y capacidades, pero no usarlos o no usarlos en absoluto, o aún peor para usarlos mal. Para mejorar en el uso de nuestras habilidades es importante no ser ocasionales. Solo en un ejercicio constante de nuestras habilidades podemos refinarlas y ejercitarlas al máximo. La constancia en el bien de una sola facultad tiene una serie de efectos concomitantes beneficiosos. En primer lugar, nos permite alejarnos progresivamente del ejercicio distorsionado de nuestras facultades, en segundo lugar, nos permite ver nuevas posibilidades para el bien que antes nos parecían impensables o fuera de nuestro alcance. En tercer lugar, también nos mejora en el ejercicio de nuestras otras facultades, porque están interconectadas. Además, la constancia trae un beneficio general a toda la persona porque la hace más lista para hacer el bien, más integral y menos ansiosa de ceder a Nuevas ocasiones de disolución.
Y la constancia se basa en la fe y se nutre de la esperanza. Hay que creer que habrá una mejora y cada día poner esperanza para lograrlo al menos un poco más.

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