2022-06-24 03:22:47
El primer caso de combustión humana espontánea registrado por la ciencia ocurrió en 1470. La víctima fue un italiano llamado Polonus Vorstius, que estaba bebiendo vino y, de la nada, empezó a vomitar fuego. Las llamas no tardaron en consumir su cuerpo, excepto los pies y las manos.
En la mayoría de los casos, el cuerpo queda incinerado casi por completo, salvo las extremidades, pero el entorno que lo rodea tampoco da señales de que haya ocurrido nada malo, ya que sólo el suelo bajo el cuerpo y el techo, por encima de donde estaba la víctima, suelen quedar dañados tras la combustión humana.
Hoy en día, la teoría más aceptada sobre la combustión humana dice que el cuerpo humano puede sufrir un "efecto mecha". Esto significa que algún tipo de chispa externa, por pequeña que sea, como una colilla, por ejemplo; tiene el poder de quemar la ropa lo suficiente como para llegar a la piel.
@lacasadelforense
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