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'El viejo Antonio confirmó de reojo que estaba despierto y me | La Maloka

"El viejo Antonio confirmó de reojo que estaba despierto y me preguntó:
– ¿Qué soñaste?
– Nada -le dije mientras buscaba la pipa y el tabaco en la cartuchera.
– Malo entonces. Soñando se sueña y se conoce. Soñando se sabe -replicó el viejo Antonio"
Historia de los Sueños, diciembre 1995, EZLN

En la mayoría de las culturas originarias de las que tenemos noticia, se suele comenzar el día comentando y conversando los sueños Igualmente en la antigüedad los sueños no eran considerados como ahora, sino que tenían valor e importancia, y realidad. La práctica de la incubación era toda una institución, fundamental para la sanación, distribuida por el mediterráneo y medio oriente, desde la noche de los tiempos.

En los papiros mágicos griegos y demóticos, de la era Helenística, aparece la práctica de enviar sueños, y de enviar un espíritu a aparecerse en los sueños de alguien, tomando la apariencia de la deidad más cercana al soñador, haciéndose pasar por ella y dándole un mensaje. Los mensajes recibidos en sueños, y las visitas de espíritus o deidades durante los sueños, eran tomadas suficientemente en serio, como para que este tipo de hechizo tuviera distintas versiones en estos papiros mágicos que han llegado hasta hoy.

En los grimorios la magia en los sueños continúa presente. Hay rituales tradicionales en la edad media y el renacimiento, donde tras el ritual y la evocación mágica, el practicante se retira a dormir, y el espíritu en cuestión se manifestaría en el sueño. Versiones tempranas del Libro de San Cipriano y de la Clavícula de Salomón incluyen hechizos así, tal como una oración a Santa Helena antes de dormir, para luego hacer una pregunta o consulta, que será respondida en los sueños. O dormir con un sigilo bajo la almohada. Y también hay quienes dicen que el verdadero Libro de San Cipriano, es el que se sueña.

En el Grimorium Verum por ejemplo, en la parte de los “secretos naturales y sobrenaturales”, hay uno para “ver en una visión lo que sea, del pasado o el futuro”, donde se dibujan unos signos y se escriben ciertos nombres, en un pergamino virgen, luego se recita cierta oración y se coloca el pergamino bajo la oreja derecha, acostándose a dormir sobre el lado derecho. Se verá en sueños lo que se haya deseado conocer.

Hoy en día los sueños culturalmente no son considerados igual de importantes y reales de lo que eran considerados antiguamente, y han perdido lugar en buena parte de las prácticas mágicas contemporáneas. Buena parte de la magia sigue bajo la influencia de la cultura y paradigma dominantes. Pero la magia tiene la potencialidad de ir más allá.

Los sueños también nos han sido expropiados, usurpados, las tierras del sueño también han sido cercadas, los sueños privatizados, excluídos de la economía de la atención por no ser rentables. Se ha llegado a ser considerado normal no recordar casi nunca los sueños, no soñar. No es tema de conversación. No se suele comenzar el día, conversando los sueños.

Alguna forma de diario de sueños, tal como un diario de coincidencias, puede ser un pilar para seguir recuperando nuestras partes usurpadas, nuestra herencia y memoria robada, nuestro ajallu embrujado. La práctica de la “imaginación activa”, las visualizaciones y meditaciones, los viajes o proyecciones, y los sueños lúcidos, son todas actividades apropiadas para recuperar esas partes mutiladas de nosotros mismos, de la experiencia y la realidad.

Pero sobre todo, volver a considerar los sueños como la parte integral de la realidad que son, con su valor e importancia, su papel en la propia salud y vitalidad, en nuestras vidas como un todo. No estaría de más recordar como ejemplo, e inspiración, las prácticas de pueblos como los Achuar, que tras conversar los sueños de la cada noche, los toman como referencia para las decisiones del día.