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*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 38* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor



*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 38*

*LIBRO 1*

*CAPÍTULO X*

*MUEREN SUS PADRES; TOTAL OFRECIMIENTO DE SI EN LA POBREZA*( Continuación)

Pero el hijo lo consolaba al respecto, diciéndole que muriera en paz y que no pensara en él, porque tenía firme esperanza de que Dios lo protegería y ayudaría en todas sus necesidades; y así el enfermo se tranquilizaba, y confiaba totalmente en Dios, seguro que tendría todo el cuidado para con su José, porque conocía que lo amaba mucho. Dejó a su hijo como heredero de todos sus bienes, de modo que se sirviese de ellos como él hubiese creído conveniente, porque ya conocía que el hijo lo utilizaría correctamente todo; y como buen padre le dio muchos consejos, recomendándole el temor y amor hacia Dios y el amor hacia su prójimo. José estaba escuchando las exhortaciones de su padre, con gran humildad y sumisión, y luego le agradeció de cuanto le había aconsejado y le prometió realizar todo lo que él le decía para su bien y para Gloria de su Dios.
De esto quedaba siempre más consolado su padre y le decía al hijo: hijo mío, yo muero feliz, porque veo que vos estáis bien dedicado al ejercicio de las virtudes y que amáis y teméis a Dios, y también porque os dejo heredero de muchos bienes con los cuales podéis conservaros en salud y podéis hacer limosnas según vuestro beneplácito. Os recomiendo por lo tanto mi alma; sea vuestra preocupación pedir a Dios el perdón de mis pecados pasados y la Gracia de ir a un lugar de salvación, no os olvidéis nunca de mi ni de vuestra madre, porque ya habéis conocido cuanto os hemos amado y el cuidado especial que hemos tenido de vos. Ahora no me queda otra cosa, que daros mi paternal bendición, y suplicar a nuestro Dios que la confirme con sus bendiciones y os llene siempre más de sus Gracias.
A estas palabras el humilde José se postró en el suelo, y pidiendo la bendición a su padre, y mucho más a su Dios, recibió la bendición del padre y de Dios a la vez. Luego con lágrimas en los ojos agradeció al padre por todo el bien que le había hecho, de la buena educación, de los buenos ejemplos que le habla dado, y le pidió perdón por todo lo que habla hecho en contra de su voluntad y de todo lo que le hubiese podido disgustar. ( Continuará)

*Apóstoles de Su Amor*