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*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 64* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor



*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 64*

*CAPÍTULO XVII*

*EL MILAGRO DE LA VARA FLORECIDA BODA MARAVILLOSA. SALIDA DE LOS ESPOSOS HACIA NAZARET*( continuación)

La humildísima esposa le contesto que la llevara sin más donde él vivía, porque allí habrían conversado juntos, y habrían hecho lo que Dios hubiese querido, mientras le habrían suplicado para que les manifestara su Divina Voluntad. El Santo muy contento de la respuesta, la llevo a su pequeña habitación, siendo ya la hora avanzada. Al entrar en la habitación dieron juntos alabanzas a Dios, agradeciéndole de nuevo por el beneficio que les había hecho al unirlos juntos. El Santo lloraba al verse tan desprovisto de todo, no pudiendo dar a su esposa un lugar con capacidad en el cual Ella pudiese estar retirada, pero su Santa esposa lo animo y lo consoló. Después tomaron un refrigerio con pan y agua, y alguna fruta que tenía allí el Santo y se pusieron a conversar sobre la bondad y la grandeza de Dios.
El Santo estaba absorto oyendo las palabras de su Santísima esposa, llorando por la dulzura y alegrándose su corazón por el consuelo. Le habló acerca de todo lo que la noche anterior el Ángel le había dicho en el sueño, esto es que habría tenido que casarse con Ella, y aunque su esposa todo lo supiera mostro gran alegría de eso. Le manifestó que el conocía ya el voto de virginidad que Ella había hecho, y que a imitación suya lo había hecho él también; de esto se alegró la Santa esposa, y comenzaron a hablar de la sublimidad de esta virtud excelsa. Pasaron pues toda la noche en estas conversaciones que al Santo le parecieron muy breves momentos, tan grande era el consuelo que sentía al hablar con su purísima y Santísima esposa, y al oír sus palabras todas encendidas de Amor de Dios y de caridad perfecta quedando siempre más admirado de la Gracia y virtud de su Santísima esposa.
El Santo la llamaba a menudo paloma mía; y le dijo que de esto no se sorprendiera, porque al haberle dado el Ángel una paloma cuando le hablo en el sueño, la cual simbolizaba a Ella, así con razón la podía llamar, paloma suya; habiéndosela entregado a él bajo dicha figura. Su Santísima esposa agacho la cabeza, cuando el Santo le decía esto, manifestándole que Ella estaba en todo a él sometida y que la llamara como a él le parecía mejor.
Cada vez que la Santa esposa le hablaba, sus palabras eran como flechas encendidas que hacían vibrar el corazón de su castísimo esposo y lo encendía siempre más de un amor ardiente hacia Dios y de un amor puro y santo hacia Ella.
( Continuará)

*
Apóstoles de Su Amor*