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*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 160* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor



*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 160*

*LIBRO 3*

*CAPÍTULO VII*

*NACIMIENTO DE JESÚS: ALEGRÍAS Y PENAS DEL SANTO*( Continuación)

Al Divino Niño le agradaba mucho las expresiones, de su amado José, y le mostraba el reconocimiento mirándolo amorosamente y llenando de dicha y de alegría su corazón y su espíritu. José devolvía afectuosas gracias al Divino Niño. Nuestro José vivía en ese establo tan pobre con mucha dicha de su espíritu en compañía de la Divina Madre y del Divino Niño.
Se alimentaban muy escasamente debido a su gran pobreza. Eran a menudo visitados
por los sencillos pastores, los cuales al verlos en tanta pobreza no dejaban de traerles algo para que se alimentaran, lo cual era aceptado muy gustosamente por parte de nuestros personajes, y tan solo tomaban lo que era necesario y nada más.
En esos primeros días del nacimiento del Redentor se alimentaban muy rara vez, tanto la Divina Madre como nuestro José, los cuales estaban lo mas de las veces en éxtasis y en profunda contemplación del gran misterio del nacimiento del Redentor. Luego la belleza y la gracia, la amabilidad y la dulzura del Divino Niño los llenaba de tal modo que, por la abundancia de los consuelos internos, sentían también una saciedad y un refrigerio en el cuerpo pareciéndoles haberse alimentado deliciosamente. Sumergidos totalmente en la contemplación del nacido Redentor les parecía que no supieran pensar en otra cosa que en gozarse de la Presencia de su amado y deseado Dios.
Sin embargo, nuestro José se tomaba el cuidado y la preocupación en proveer del alimento necesario de modo que la Divina Madre no sufriera, y tanto en esto como en todas las otras cosas se mostraba muy atento y preocupado, sin descuidarse de sus obligaciones, como era la de proveer en todo a las necesidades de su esposa y del Redentor.
Así se portó nuestro José en ese tiempo que vivió allí y en especial en esos ocho primeros días de nacido el Divino Niño, el cual después de estos ocho días fue circuncidado, según lo mandaba la Ley de Moisés, como se dirá en el capítulo siguiente.

*Apóstoles de Su Amor*