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*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 171* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor



*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 171*

*LIBRO 3*

*Capítulo X*


*VIAJE A JERUSALÉN. LA PRESENTACIÓN EN EL TEMPLO*


Habiendo transcurrido cuarenta días desde el nacimiento del Redentor, la Divina Madre ya percibió como quería el Redentor ser presentado en el Templo para cumplir lo que prescribía la ley.
Por lo tanto, la noche, anterior el Ángel hablo a José en el sueño, como de costumbre, y le manifestó la Voluntad del Altísimo de que el Divino Niño fuera presentado en el Templo como solía hacerse con los niños, y que fuera rescatado con las acostumbradas monedas con las que se rescataban los otros niños, que por lo tanto fuera con la Divina Madre a presentar al Templo al Divino Niño.
Él afortunado José se despertó y después de haber alabado y agradecido a Dios por el aviso que le había enviado a través del Ángel, se lo manifestó a 1a Divina Madre, la cual ya todo lo sabía.
Decidieron salir de Belén para ir a Jerusalén. Los Santos esposos sintieron alguna pena al tener que dejar su amada cueva, porque allí se había realizado el gran misterio del Nacimiento, y porque en ese lugar estaban gozando las dulzuras más queridas con su amado Jesús; pero también sentían mucho consuelo, porque esperaban que el Divino Niño ya no estaría en ese lugar de tanta incomodidad y miseria, y así con todo el desprendimiento del caso, dejaron la cueva tan querida por ellos.
La Divina Madre torno a su Jesús y se lo acomodó en su regazo. Nuestro José llevaba la preciosa reliquia de la circuncisión y un pequeño bulto de aquellas cosas necesarias, y antes de partir adoraron conjuntamente el lugar donde había nacido el Redentor, esto es, esa tierra donde estuvo por vez primera después de nacido. Aquí cantaron nuevos canticos de alabanza a su Dios Humanado y le pidieron que los bendijera. Y con su favor divino y con su Salvador Humanado se fueron de la cueva y se encaminaron a Jerusalén acompañados por una gran cantidad de espíritus angelicales.
Él tiempo era muy agradable, y suave, aunque luego vendría el invierno, por lo que pedía la Divina Madre que no llegara ese tiempo, para que su Dios e Hijo muy querido no sufriera tanto frio por ser la primera vez que viajaba. Esto lo pedía al tiempo con su poder como Reina y dueña de todas las cosas, pues Ella tenía dicho poder como Madre del Creador. ( Continuará)

*Apóstoles de Su Amor*