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*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 173* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor



*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 173*

*LIBRO 3*

*CAPÍTULO X*

*VIAJE A JERUSALÉN. LA PRESENTACIÓN EN EL TEMPLO*( Continuación)

A veces se detenía no tanto por el cansancio, que no lo sentía, sino porque el Divino
Niño quería consolar plenamente a su José e ir a descansar entre sus brazos, por lo cual inspiraba a la Divina Madre y le hacía entender su Voluntad, y Ella enseguida lo satisfacía con gran gozo y se privaba de Él para consuelo de su casto esposo. Nuestro José lo deseaba, pero no se atrevía a pedírselo a su esposa, solamente rogaba a Dios por ello en lo íntimo de su corazón y Dios oía y atendía sus ardientes deseos. Nuestro José lo recibía entre sus brazos con gran devoción y afecto, siempre de rodillas al momento de recibirlo, y cuando lo tenía, entre sus brazos se llenaba de dicha y de consuelo. Se encendía en su amor y las llamas se traslucían de su rostro, y muchas veces lo vio la Divina Madre con el rostro todo luminoso y sobremanera hermoso, y Dios le hacía también la Gracia de ver su alma enriquecida de méritos y adornada de virtudes, por lo cual la Divina Madre probaba un consuelo inexplicable, gozando mucho y agradeciendo a Dios por haberle dado a un esposo tan puro, tan Santo y tan adornado de virtudes y tan rico de méritos, y a menudo decía a su José : ¡Oh, si supierais, esposo mío, que hermosa es un alma adornada de virtud y enriquecida de la Gracia y de los méritos, vos quedaríais asombrado!. Y así comenzaba a narrarle todas las bellezas de su alma, aunque no le manifestara que así era la suya, sino solamente le decía de un alma en Gracia amistad con Dios.
Él Santo la estaba escuchando, con toda atención y con deseo de que así fuera también su alma, y dirigiéndose a su esposa le decía: "Oh es posa mía, yo tengo un ardiente deseo que mi alma llegue a ser así como ahora vos me la estáis describiendo, por lo tanto, os pido para que suplicas a nuestro Dios de modo que haga así también a mi alma".
Entonces la Divina Madre le decía: "Alabemos conjuntamente a nuestro Dios y agradezcámosle por el gran bien que nos ha hecho dándonos su Gracia y sus dones". Y así se ponían a adorar y a agradecer conjuntamente al dador de todo.
( Continuará)

*Apóstoles de Su Amor*