*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 237* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor

*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 237*

*LIBRO III*

*DE EGIPTO A NAZARETH HASTA LA PÉRDIDA DE JESÚS*

*CAPÍTULO IV*

*JESÚS PRESTA SU AYUDA A JOSÉ EN EL TALLER DE CARPINTERO; DULCES CONSUELOS DEL SANTO*( continuación)

Pero la Divina Madre, toda conformada a la Divina Voluntad, y toda llena de caridad, le aseguro que Ella gozaba con los consuelos que esto significaba para su José y que se cumpliera en todo la Voluntad del Padre Divino.
Por lo tanto, nuestro afortunado José quedo consolado, y se llevó consigo a su amado Jesús, con ese consuelo de espíritu que ya cada uno puede imaginarse.
Nuestro José estaba trabajando y le parecía estar en el Paraíso, teniendo allí como asistente al Divino Hijo, el cual estaba todo atento por ver lo que podía necesitar su José, y así ofrecerle ahora las herramientas, ahora las tablas. Y aunque en edad tan tierna, entre cinco y seis años, demostraba un gran deseo de actuar como persona grande y fuerte, fatigándose en levantar las tablas. El Santo quedaba asombrado y procuraba de todos modos que su Jesús no sufriera fatigándose, pero el mismo Divino Niño era tan atento que proveía al Santo en todo lo que le hacía falta.
El afortunado José estaba concentrado viendo a su amado Jesús, contemplando la Divinidad que estaba escondida en El, de la cual veía traslucir claras señales aun al exterior. El Divino Niño hacía todas las cosas con tanta gracia, que arrebataba el corazón de quien lo veía; ahora mucho más a su amado José que tanto lo amaba.
A veces cuando Jesús le entregaba las herramientas u otra cosa necesaria para el trabajo, el Santo las recibía de la mano y quedaba extasiado, tanto era el consuelo que probaba su espíritu. A veces, en el acto mismo de trabajar, fijaba la mirada en su amado Jesús y quedaba casi inmóvil.
( Continuará)

*Apóstoles de Su Amor*