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*VIDA DE SAN JOSÉ* *Hna. María Cecilia Baij* *Entrega 266* | 💐Libros católicos grabados💐 Apóstoles de Su Amor



*VIDA DE SAN JOSÉ*
*Hna. María Cecilia Baij*

*Entrega 266*

*LIBRO III*

*DESDE EGIPTO A NAZARETH HASTA LA PÉRDIDA DE JESÚS*

*CAPITULO IX*


*VISITA A BELÉN*

Al llegar nuestros Santos peregrinos a Belén, se fueron directamente a la cueva donde había nacido el Salvador del mundo. Admirables fueron los efectos que nuestro José experimento al entrar allí. Sintió llenarse totalmente de una alegría más que grande, de un consuelo indescriptible y a la vez de un santo terror y respeto por ese santo lugar, de modo que quedó extasiado por algún tiempo y luego se postro en el suelo para adorar y besar ese lugar donde fue puesto el Redentor recién nacido, y allí derramo abundantes lágrimas de ternura. Besaba y volvía a besar esa tierra afortunada que fue la primera en acoger al Mesías nacido, y se derretía su corazón en sagrados afectos.
En ese tiempo nuestro José tuvo un éxtasis muy sublime; en el que quedó consolado espíritu e iluminado, siéndole revelados por Dios grandes misterios. Al volver del éxtasis, el Santo compareció con el rostro deslumbrante y lleno de alegría comenzó a alabar a su Dios dándole afectuosas gracias al verse tan favorecido y beneficiado por Él. Observó luego a la Divina Madre que Ella también estaba toda extasiada, y al Divino Niño que estaba orando al Padre Divino; y todo eso redundaba en gozo de nuestro José.
Después de haber terminado sus adoraciones y oraciones, nuestros peregrinos se encontraron completamente consolados y restablecidos, pareciéndoles haberse alimentado espléndidamente, queriendo en dicha circunstancia el Padre Celestial restablecer también el cuerpo de nuestros cansados peregrinos, puesto que al ser la hora avanzada no había tenido la oportunidad nuestro José para ir por la ciudad para proveer el alimento necesario; por lo cual al encontrarse el Santo tan restablecido y alimentado, temía que eso no se hubiese dado para su esposa y para el Niño Jesús. Por lo tanto, les pregunto si tenía que irse a la ciudad para buscar algo para que se alimentaran; pero oyó que ellos también se encontraban restablecidos, por lo cual conjuntamente dieron gracias a Dios con gran afecto y ternura.
( Continuará)

*Apóstoles de Su Amor*