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Los 5 Minutos del Espíritu Santo

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Textos diarios del Libro: “Los Cinco Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. “Ed. Claretiana” (Arg.)

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Los últimos mensajes 4

2022-06-30 14:07:27 30 de Junio

"Ven, Espíritu Santo, y ayúdame a reconocer a Jesús resucitado en medio de mis cansancios, de mis preocupaciones, en medio de las angustias de la gente. Porque él siempre está. Ayúdame a reconocerlo glorioso, lleno de vida, repleto de fuerza, revestido de luz celestial.
Con un toque de tu gracia despierta mi corazón para que lo alabe, para que me llene de admiración ante su rostro precioso. Derrama en mi interior deseos de buscar a Jesús, para que amándolo lo encuentre en cada cosa. Haz que me deslumbre con su luz espléndida, para que no me dominen las oscuridades del mundo.
Abre mi vida entera, Espíritu Santo, para que Jesús pueda tomarla con la potencia de su Resurrección.
Renueva mi existencia con un poco de esa vida plena de Jesús resucitado, para que yo también pueda vivir como un resucitado.
Amén."


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-29 14:08:05 29 de Junio

Hoy la Iglesia celebra a San Pedro y a San Pablo, elegidos por el Espíritu Santo para extender la Iglesia en los primeros tiempos. Toda la obra de ellos fue hecha por el impulso del Espíritu Santo, que guía a su Iglesia.

Pedro y Pablo juntos nos recuerdan el llamado a comunicar a los hermanos la fe que hemos recibido, sabiendo que el mundo necesita de ese anuncio. Creemos que la fe puede hacer nacer un mundo nuevo. De hecho, Pedro y Pablo, con su misión, ayudaron a cambiar la sociedad pagana de aquella época.

Ellos nos enseñan a alimentar una esperanza comunitaria, porque no esperamos sólo para nosotros, sino para el mundo y la historia donde estamos insertos. En realidad ésta es la dinámica propia del amor, por el cual se hace particularmente presente en la historia el dinamismo del Espíritu Santo, que nos arroja a lo insospechado.

Estamos llamados a vivir el gozo de cooperar con la novedad del Espíritu. Pero hay que dejar la cómoda orilla y arrojarse "mar adentro" (Lucas 5,1 -11), venciendo los miedos (Marcos 4,35-41) con la mirada puesta en Cristo (Mateo 14,22-33). Es el gozo de decir a los demás que "hemos encontrado al Mesías" (Juan 1,41.45).

Cuando dejamos que el Espíritu Santo -que brota del corazón del Resucitado- nos impulse en esta tarea, seguramente experimentamos las maravillas que él puede hacer en los corazones, y nos admiramos viendo lo que puede lograr su gracia.

Eso es lo que vivió intensamente San Pablo, que predicaba el Evangelio "no sólo con palabras, sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión" (1 Tesalonicenses 1,5). También San Pedro hablaba de este precioso Evangelio predicado "en el Espíritu Santo" (1 Pedro 1,12).

Pidamos al Espíritu Santo que nos llene de esa misma fuerza para cambiar el mundo.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-28 14:09:11 28 de Junio

En el capítulo 8 del libro de los Proverbios se habla de la sabiduría celestial, y allí se dicen cosas muy bellas que podemos aplicar al Espíritu Santo.

Dice, por ejemplo, que cuando Dios creó el universo, él estaba allí: "Yo era todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo, jugando por el orbe de la tierra; y mis delicias están con los hijos de los hombres"(Proverbios 8,30-31).

Porque el Espíritu Santo es amor que procede del Padre, y se puede decir que donde hay amor hay juego, hay alegría, hay gozo, hay una relación que da felicidad, que nunca aburre, que nunca cansa, que no tiene lugar para la tristeza y la monotonía.

Pero el Espíritu juega por el orbe de la tierra, y se entretiene con nosotros. Porque él ha sido enviado al mundo, y encuentra gusto con nosotros, derramando bondad, sembrando esperanza, despertando cosas bellas. El Espíritu Santo es un artista feliz, que, en medio de nuestra miseria, realiza el arte de crear cosas preciosas. Así él vive una especie de juego sublime.

Por eso, también nosotros podemos dejar que el Espíritu nos enseñe ese juego santo, el arte de hacer nacer cosas bellas donde parece que no hay nada bueno, donde aparentemente no hay belleza ni gracia. Juguemos con él.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-27 14:44:40 27 de Junio

Si alguna vez logramos quedarnos callados y serenos, dejando que el Espíritu Santo nos haga experimentar su amor, estaremos viviendo una preciosa experiencia mística. Cuando abandonamos nuestras resistencias y nos dejamos tomar por el Espíritu, él toca un centro amoroso donde el ser humano sólo puede depender, porque es una criatura; y lo más íntimo de su realidad es la dependencia, es recibir el ser y la vida, es beber de Dios. Veamos cómo expresan algunos místicos esta dependencia cuando llega a un alto grado de desarrollo:

"¡Oh cuán dichosa es esta alma que siente siempre a Dios descansando y reposando en su seno!... Dios está allí de ordinario como si descansara en un abrazo con la esposa, en la substancia de su alma, y ella lo siente muy bien y lo goza habitualmente... Él la absorbe profundísimamente en el Espíritu Santo, enamorándola con primor y delicadeza divina" (San Juan de la Cruz).

"Dios toma la voluntad, pero me parece que toma también el entendimiento, porque no discurre, sino que está ocupado sólo gozando de Dios como quien está mirando, y ve tanto que no sabe hacia dónde mirar" (Santa Teresa de Ávila).

"Se llega a trascender y traspasar no sólo este mundo sensible, sino también a sí mismo... Es necesario que se dejen todas las operaciones intelectuales, y que la punta del afecto se traslade toda a Dios y todo se transforme en Dios. Y ésta es la experiencia mística y secretísima, que nadie la conoce sino quien la recibe, y nadie la recibe sino quien la desea, y nadie la desea si el Espíritu Santo no lo inflama hasta la médula" (San Buenaventura).


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-26 14:40:37 26 de Junio

Donde no lo hago presente al Espíritu Santo, me siento yo el creador de las emociones y de las realidades. Entonces me fabrico un mundo personal donde el Espíritu Santo no puede entrar, como si fuera un sector sólo mío, donde me creo libre. 
Pero no me doy cuenta de que si lo aparto a él de algo, allí terminará entrando la debilidad, la muerte y el fracaso, porque sólo de él viene la vida.
Esa falsa libertad no es más que una esclavitud que me arrastra a la muerte. Lo que vivo fuera de su presencia de amor, poco a poco se va convirtiendo en fuente de dolor, ansiedad, desgaste, y cada vez brinda menos la felicidad de antes. Pero yo me empeño en sacarle el jugo y me revuelco, y me sucede como al degenerado que termina usando a las mujeres como si fueran animales para recuperar el placer que ya no logra sentir. 
En cambio, si yo voy construyendo mi felicidad con el Espíritu Santo, si le permito que guíe mi libertad y me sane de mis esclavitudes, cada vez soy más libre, cada vez puedo ser más dueño de mi vida, sin que me dominen las tristezas ocultas, las angustias sin sentido, los nerviosismos, los cansancios, las necesidades obsesivas, etc.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-25 14:33:39 25 de Junio

El Espíritu Santo nos invita permanentemente a la conversión. Porque la conversión no es sólo un gran cambio que sucedió alguna vez en el pasado, cuando decidimos seguir a Jesucristo. La conversión es cosa de todos los días. Nuestra mentalidad y nuestro corazón deben ser cambiados de modo permanente.

Cuando nos descuidamos, se nos mete adentro algún criterio equivocado, o volvemos a optar por el egoísmo, o perdemos un poco de la alegría o de la generosidad que teníamos. Entonces, hay que volver a convertirse, hay que volver a escuchar el Evangelio y dejarse interpelar por el Espíritu.

La conversión también es una especie de ablandamiento, o de descongelamiento. Porque cuando nos descuidamos, el corazón se nos pone duro y frió. Cuando no sanamos a tiempo las malas experiencias que tenemos cada día, nuestros rencores, tristezas, sentimientos de culpa y desilusiones, endurecen el corazón como una piedra, o lo enfrían y lo convierten en un pedazo de hielo, duro y frío por el dolor o por el miedo. Optamos una vez más por la comodidad y por el aislamiento; los demás dejan de ser nuestros hermanos y se convierten en enemigos o en competidores.

Entonces hay que rogarle al Espíritu Santo que venga como fuego ardiente para ablandar de nuevo el corazón endurecido, para derretir ese hielo y convertirlo en un arroyo alegre, feliz y compasivo. Quizás en este preciso momento tengas que convertirte, renunciar a un mal sentimiento que te está enfriando, y rogarle al Espíritu Santo que vuelva a ablandar tu corazón.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-24 14:36:11 24 de Junio

Hoy celebramos el nacimiento de Juan Bautista. En el Evangelio de San Lucas podemos ver cómo el Espíritu Santo obró en San Juan Bautista. Él lo fue preparando progresivamente para su misión. Su fortalecimiento se manifestará en el coraje de su predicación, que lo llevó a la muerte. Y su vida en el desierto muestra cómo toda su existencia estuvo siempre completamente orientada a Dios. Juan quiso ser siempre sólo de Dios, y el desierto era el símbolo de esa consagración. Alguien que fue consagrado ya en el seno de su madre por la acción del Espíritu (Lucas 1,15; 1,41) no podía resistir el deseo de entregarse por entero.

Del desierto sale Juan el Bautista; allí había vivido su total entrega a Dios, y allí el Espíritu Santo lo fue preparando. El desierto en la Biblia es el lugar del encuentro con el Espíritu, porque no hay otras cosas que puedan distraer o encantar al hombre, y entonces allí puede escucharse la voz del Señor que habla al corazón. De hecho, el profeta Oseas presenta al desierto como el lugar de la seducción divina, donde Dios lleva a su pueblo para encontrarse con él a solas y así cautivarle el corazón (Oseas 2,16).

En el desierto Juan había estado atento al Espíritu Santo, se había alimentado y enriquecido en el encuentro con él, había bebido palabras de sabiduría. Por eso, al salir del desierto podía comunicar lo que había recibido, el anuncio de la salvación. Juan salió del desierto y entregó la vida preparando el camino a Jesús. Esto sólo es posible por la acción del Espíritu.

Por eso, en realidad, solamente la acción de la gracia puede sanar nuestro escepticismo y nuestro desaliento enfermizo, entrando en lo profundo de nuestras motivaciones y de nuestras energías, para que podamos cumplir la misión que se nos ha confiado hasta dejar la vida en esa entrega. De ahí que sea necesario invocar cada día la acción del Espíritu para que nos fortalezca interiormente, para que nos regale una vez más la energía, el arrojo, la alegría inagotable de cumplir lo que Dios en su amor nos ha encomendado.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-23 13:35:22 23 de Junio

Cuando Jesús se encontró con la mujer samaritana, junto al pozo de Samaría (Juan 4), le hizo descubrir que para adorar a Dios no importan tanto los lugares, sino dejarse motivar por el Espíritu Santo. Lo importante es el encuentro con Dios que se realiza en el corazón por el impulso del Espíritu divino. Ella debía encontrarse con el Dios vivo que venía a salvarla y a saciar su sed más profunda. Por eso Jesús le dijo que hay que adorar a Dios "en Espíritu y en verdad".

Adorarlo "en Espíritu" no se refiere a una adoración meramente interior, sin signos externos, sino a una adoración que brota de un corazón dócil al Espíritu Santo, ese Espíritu que nos impulsa a clamar "Padre" (Romanos 8,15).

Adorar a Dios "en verdad" significa adorar al verdadero Dios, que es el Padre amante y misericordioso que nos ha revelado Jesucristo.

Pidamos a Jesús que derrame en nosotros el agua viva de su Espíritu Santo, para que aprendamos a adorar:

"Señor, habla a mi corazón, siéntate junto a mi pozo y sedúceme con tu Palabra. Derrama en mí la vida del Espíritu Santo. Porque tengo sed de ti Señor, y sólo tu agua viva puede saciar el intenso anhelo que hay en mi interior. Dame a beber de ti, para que nunca más tenga sed."


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-22 14:33:21 22 de Junio

Una persona espiritual, llena del Espíritu, sabe compartir y busca la felicidad de los demás. No se aleja de los otros, sino que sabe descubrir a Jesús en ellos. Hay personas que se creen espirituales, pero en realidad están llenas de rencores y de orgullo, o no son capaces de hacer feliz a nadie. Entonces, en realidad, están lejos de Dios, porque nuestro amor al Dios invisible se manifiesta en el trato con los hermanos visibles: "El que no ama al hermano que ve, no puede amar a Dios, a quien no ve" (1 Juan 4,20). Por eso San Pablo llamaba carnales a los que vivían en la envidia y la discordia (1 Corintios 3,3).

Mientras los criterios de este mundo nos invitan a pensar en nosotros mismos, a acomodarnos lo mejor posible, a desentendernos de los demás, a consumir, a comprar, a no participar, el Espíritu Santo quiere impulsarnos siempre a la unidad, a la participación, al encuentro. Su impulso divino busca que todas las cosas y todas las personas se vayan armonizando en una maravillosa unidad. Él es Amor que une personas. Por eso, en este año somos llamados a integrarnos un poco más en la Iglesia, a quererla más, a buscar nuevas maneras de sentirnos parte de ella.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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2022-06-21 14:32:39 21 de Junio

La Palabra de Dios nos invita a hacer una alianza de amor con el Señor, y el Espíritu Santo nos inspira permanentemente para que recordemos esa alianza, o para que la renovemos. Esa alianza es también una participación nuestra en la Pascua de Cristo, tanto en su muerte (Gálatas 2,19-20; 6,17) como en su resurrección (Efesios 2,5-6; 1 Corintios 15,14).

El Espíritu Santo nos une a Cristo gloriosamente resucitado y al mismo tiempo nos asocia al misterio de su Cruz vivificadora. Siendo así poseídos, por la acción del Espíritu, se reproduce en nuestra historia concreta el mismo misterio de la Pascua de Jesús. Toda nuestra vida repite de alguna manera la muerte y la resurrección del Señor.

Las relaciones humanas, el trabajo, la enfermedad, y todas las dimensiones de la vida humana, reflejan el misterio de la muerte y la resurrección del Señor. Por la gracia del Espíritu, esas dimensiones participan de la vida y de la fecundidad de Jesucristo. Por eso, nunca habrá momentos de pura muerte. Siempre brillará de alguna manera el misterio de la resurrección, porque siempre estará él ofreciéndonos su vida.

La vida humana se hace incomprensible sin esta Alianza que Dios ha sellado con nuestra pequeña existencia en la Pascua de Jesús. Sin esta Alianza, renovada por la acción del Espíritu, sólo quedaría de nuestra existencia una multitud de fragmentos sin sentido.


Texto extraído del Libro: “Los Cinco  Minutos del  Espíritu Santo” Autor: Víctor Manuel Fernández. Editorial Claretiana (Argentina).
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