Para perdonarnos, aléjate Si dices la verdad, prepárate para | ʟʊʐ sɨռ ɢʀaʋɛɖaɖ

Para perdonarnos, aléjate

Si dices la verdad,
prepárate para dormir a solas.
Si quieres celebrar,
dime que no hay nadie más.

Si la arena soy yo,
tú eres mi viento.
Si la mentira eres tú,
yo seré tu razón.

Para perdonarnos, aléjate.
Llévate contigo mi alma,
empaca el crimen y haz tu maleta;
yo me quedaré con los cadáveres
de las lloradas y de las olvidadas.

Encuentra a la policía,
diles que fue otra persona.
No menciones que todas ellas
son parecidas en tu tristeza,
en tu forma de gemir
y en la costumbre de sufrir.

Si fuéramos la misma sangre
sabrías que tú me amas en todas las mujeres.
Ella son tú y para mí todo lo eres;
por ello sus días y sus piernas me pertenecen.

Ana era tú con libros de universidad.
Claudia era tú con pecas y piel blanca.
Samantha era tú a los diecisiete.
Lucía era tú, rogando y sin dientes.

A la muerte le gusta arrancar
las flores del alma,
y llevárselas a su jardín,
para que su olor no se pierda,
para que los que lloran
se duelan con la memoria de quienes no están.

Por mi parte, estoy podrido.
Me sobran los días que tengo,
y mi problema es amarte, y amarte,
y luego perderte, mentirnos,
para creer que estamos a salvo.

Nunca me di cuenta,
que perdí espacio para mí
en mi propia vida,
y estoy ajeno al bien y al mal,
porque soy, pero no estoy,
o estoy, pero no soy.

Si vienen a mi puerta
llévate las flores de mi cabeza,
quémalas, porque las rosas están marchitas.
Nada creció, nada fue hermoso,
quién cosecha horrores,
no merece respeto,
no merece recuerdos.

Pero no me arrepiento...
Mi amor por ti está vestido de negro,
y este panteón es tu homenaje,
la injusticia, la risa del diablo,
la pasión del hereje,
tus lágrimas en mis terrores.

Aléjate...

Jonathan Haller
25/05/2021
México