En este mapa vemos la correlación inversa entre presencia de cristianos (católicos en concreto) y voto al NSDAP.
Al igual que ocurrió con el franquismo, la principal oposición que sufrió el III Reich en el interior del país provino de la Iglesia. Los lemmings que votaban a los partidos protestantes y especialmente a los partidos católicos fueron los más difíciles de convencer.
La oposición comunista, en cambio, fue prácticamente inexistente, la mitad de los miembros de las SA en 1933 habían sido antiguos comunistas que se habían ido convirtiendo masivamente al Movimiento, y el marxismo se desvaneció en el país que había tenido el Partido Comunista más fuerte del mundo (sólo por detrás del de la propia Unión Soviética). Nunca más saldrían de la marginalidad absoluta.
En cambio, la oposición la encontró en la Iglesia y en los clasistas y aristócratas prusianos del Ejército, como los implicados en el famoso atentado de Stauffenberg.
