2022-07-30 19:22:06
La mortalidad por eso que llaman “COVID” según datos oficiales del Reino Unido, es un 95 % entre “vacunados”.
Incluso creyendo a pies juntillas el relato oficial sin el más mínimo atisbo de negacionismo, los “vacunados” deberían estar en masa protestando por estos datos.
Sin embargo, están tan abducidlos que son incapaces de hacer absolutamente nada.
Es impresionante el nivel de sometimiento mental que han conseguido con una parte minoritaria pero grande de la humanidad.
Por suerte el despertar es MASIVO en todo el mundo. Más del 50% de los inoculados no volverían a hacerlo si retornaran atrás, y no piensan permitirlo en el futuro.
Me preocupa cierto sector de las generaciones más jóvenes, cuya capacidad de lucha social es cercana al cero absoluto.
No quieren líos, no quieren problemas y aceptan todo con tal de no complicarse la vida.
Los hipercovidianos estrictos empiezan a ser mal vistos por su propio entorno, empiezan a sentir en sus carnes lo que nos hicieron sufrir a nosotros los que dudamos y preguntamos.
Se van encerrando en círculos endogámicos, tienen mucho miedo (con razón) pero sobre todo se sienten mal porque en el fondo de sus mentes saben que algo no cuadra y que, además, se han significado en exceso delatando y estigmatizando a compañeros de trabajo, familiares y amigos que ya van sospechando que tenían razón.
Esto los hace irascibles, casi desean que haya olas y pandemias nuevas para tener razón. Estos sentimientos son muy tóxicos en ellos. Cuanto antes admitan su error antes sentirán alivio y liberación.
Lo mismo les pasa a los sanitarios que han sido muy beligerantes presionando a pacientes y familiares a inocularse malversando la confianza ciega que tenían en ellos. Al ver ahora que estaban equivocados solo tienen un camino para librarse del remordimiento terrible de conciencia que asola sus almas, reconocer el error y pedir perdón.
En ese instante quedarán liberados de ese peso que ahora les oprime y que les causa esa enorme tristeza. Un aullido.
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