quien fue padre de José y heredero de la casa de David; pero L | Jesús, el Verbo de Dios

quien fue padre de José y heredero de la casa de David; pero Lucas, con el propósito de mostrar que Cristo era la Simiente de la mujer, que debe romper la cabeza de la serpiente, traza su linaje hacia arriba hasta la altura de Adán, y comienza con Eli, que era el padre, no de José, sino de la virgen María.
Jesús era el hijo de José, de Elí, de Matthat, y El, es decir, Jesús, era el hijo de Set, de Adán, de Dios, Lc 3:38

Mateo extrae el pedigrí de Salomón, cuya línea natural que termina en Jeconías, el derecho legal fue transferido a Salatiel, que era de la casa de Natán, otro hijo de David, la línea que Lucas persigue aquí, y así deja fuera a todos los reyes de Judá.

Jesús era tanto por parte de padre como de madre el Hijo de David, atestigüen éste extracto de sus propios registros, que cualquiera podría en ese momento tener la libertad de comparar con el original. 
Que no se contradiga en ese momento es suficiente satisfacción para nosotros ahora que es una copia fiel, ya que es digno de observación, que, cuando esos registros de las genealogías judías habían continuado treinta o cuarenta años después de éstos extractos de ellos, el tiempo suficiente para justificar a los evangelistas allí, todos estaban perdidos y destruidos con el estado y la nación judíos;
porque ahora no había más ocasión para ellos.

La genealogía concluye con ésto, que era el hijo de Adán, el hijo de Dios.
Algunos lo refieren a Adán; era de una manera peculiar el hijo de Dios, siendo, más inmediatamente que cualquiera de su descendencia, la descendencia de Dios por creación.
Otros lo refieren a Cristo, y así hacen que las últimas palabras de ésta genealogía denoten su naturaleza divina y humana.
Él era tanto el Hijo de Adán como el Hijo de Dios para que pudiera ser un Mediador apropiado entre Dios y los hijos de Adán, y pudiera hacer que los hijos de Adán fueran, a través de El, los hijos de Dios (M Henry)

Por eso cierra las generaciones en Dios, para que aprendamos que a los padres que intervengan, Cristo los levantará a Dios y los hará hijos de Dios, y para que se crea también que el nacimiento de Cristo fue sin descendencia; como si dijera: "Si no crees que el segundo Adán fue hecho sin semilla, debes venir al primer Adán y encontrarás que Dios lo hizo sin semilla" (Teófilo)

Mateo ciertamente deseaba presentar a Dios descendiendo a nuestra mortalidad; en consecuencia, al comienzo del Evangelio relató las generaciones desde Abraham hasta el nacimiento de Cristo en una escala descendente.
Pero Lucas, no al principio, sino después del bautismo de Cristo, relata la generación no descendiente sino ascendente, como señalando más bien al sumo sacerdote en la expiación de los pecados, de quien Juan dio testimonio, diciendo: He aquí, el que quita los pecados del mundo. Pero ascendiendo viene a Dios, con quien nos reconciliamos, siendo purificados y expiados (Ago)

La genealogía de Mateo es la de José, rastreando Su derecho legal al trono.
La genealogía de Lucas es la de María, rastreando los derechos naturales /físicos de Jesús al trono.
Mateo (escribiendo a los judíos) se remonta sólo a Abraham.
Lucas (escribiendo a los gentiles) nos lleva de regreso a Adán.
¡Jesús ata, no sólo a Israel sino a TODA la humanidad !

Fin: Ni todo el poder de Roma , ni las tecnologías modernas de hoy, han podido satisfacer la necesidad básica que todas las personas comparten, de encontrar el sentido de la vida, ni pueden romper la esclavitud del pecado.

Pero éste bebé que se ha convertido en un hombre está a punto de decir:
"¡He venido para que tengas vida y la tengas en abundancia !" Jn 10:10
En Jesús, Dios actuó de manera decisiva para dar nueva vida a las personas.
¿Qué asocia con una vida plena?
Para toda persona que vive por hábito, sin dirección, sin significado o sin Esperanza real: ¡la vida de Jesús ofrece una vida transformada por el poder de Dios!
Uno de los pecados más grandes es el de “llevar tu propia vida”.
Es lo opuesto a Confiar/Permitir que Dios dirija su vida.
El cristianismo es vital cuando se lo ve, no cuando sólo se habla de él (Bell)