LUCAS 17 (v 1) 'Entonces dijo a los discípulos: Es imposible | Jesús, el Verbo de Dios

LUCAS 17

(v 1) "Entonces dijo a los discípulos: Es imposible que no vengan tropiezos: mas ¡ay de aquel por quien vienen!"

Tal es el estado corrupto del corazón humano que, a pesar de todas las influencias de la gracia y las promesas de la gloria, los hombres continuarán pecando contra Dios; y su justicia debe seguir castigando. Mt 18:6 (Clarke)

Como los fariseos eran codiciosos y vituperaban a Cristo cuando predicaba la pobreza, les puso la parábola del rico y Lázaro.
Después, al hablar con sus discípulos acerca de los fariseos, los declara hombres que causaron división y pusieron obstáculos en el camino divino.(Teófilo)

Los discípulos deben estar preparados. Se les tenderían trampas. Ese hecho era inevitable dada la naturaleza de la batalla en la que estaban involucrados. Se enfrentaron al mismísimo Diablo. Los escribas y los fariseos no eran más que peones en el tablero de ajedrez del tiempo. Pero ¡ay de ellos y de sus semejantes! (Phillips)

Hay dos géneros de ofensas, de las cuales una resiste la gloria de Dios, pero la otra sólo sirve para causar tropiezo a los hermanos. Porque las invenciones de las herejías, y toda palabra que se habla contra la Verdad, son obstrucciones para la gloria de Dios. Tales ofensas, sin embargo, no parecen mencionarse aquí, sino más bien las que ocurren entre amigos y hermanos, como contiendas, calumnias y cosas por el estilo. Por eso añade después: Si tu hermano peca contra ti, repréndelo.(Cirilo)

O dice que deben surgir muchos obstáculos a la predicación y a la Verdad, como los fariseos impedían la predicación de Cristo.
Pero algunos preguntan: Si es necesario que vengan ofensas, ¿por qué nuestro Señor reprende al autor de las ofensas? Porque todo lo que engendra la necesidad es perdonable o merece perdón. Pero obsérvese que la necesidad misma deriva su nacimiento del libre albedrío. Porque nuestro Señor, viendo cómo los hombres se aferran al mal y no proponen nada bueno, habló con respecto a la consecuencia de las cosas que se ven, que es necesario que vengan tropiezos; como si un médico, al ver a un hombre que sigue una dieta nociva, dijera: Es imposible que tal persona no esté enferma. Y por lo tanto, al que causa ofensas, le denuncia aflicción y amenaza con castigo (Teófilo)

"Pero el que ofenda..." Por falsa doctrina, o vida relajada, o haciendo presa de su sencillez y humildad, que muchas veces atrae injuria. Un cuervo se parará sobre el lomo de una oveja, arrancándole la lana de su costado. No se atreve a hacerlo con un lobo o un mastín (perro grande y fuerte con una cabeza grande y labios colgantes, valioso perro guardián)

Según Associated Press, en la tarde del 6 de febrero de 1996, varios adolescentes conducían por caminos rurales al este de Tampa, Florida, con la intención de gastar bromas. Trágicamente, su juego no fue divertido. Sacaron una veintena de señales de tráfico del suelo, incluida la señal de alto en una intersección fatídica.
Al día siguiente, tres de sus amigos, que acababan de terminar de jugar a los bolos, atravesaron esa intersección sin detenerse. Su automóvil se interpuso en el camino de un camión de ocho toneladas y todos murieron. Un año después, los tres perpetradores de la broma mortal fueron condenados por homicidio involuntario.
En junio de 1997, se pararon ante un juez en un tribunal de Tampa, con monos anaranjados de prisión y esposas, llorando.
Fueron sentenciados a 15 años de prisión. Es peligroso con consecuencias trágicas para cualquiera derribar una señal en la carretera.
No es menos peligroso para nadie destrozar las señales que Dios pone en el camino de la vida. Cuando honramos los mandamientos de Dios, dirigimos a las personas en la dirección correcta. Si los deshonramos, si el testimonio de nuestra vida apesta, nos convertimos en piedra de tropiezo y sin darnos cuenta podemos llevar a otros a la destrucción.
Jesús aborda este problema aquí.(matoon)

(v 2) "Más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar, que ofender a uno de estos pequeños".

En Palestina, era costumbre entre los antiguos judíos