2022-06-10 06:00:53
《CARTA DEL ULTIMO PROFETA A LOS CRISTIANOS 》
TRATADO DE PAZ Y PROTECCIÓNCada vez que los monjes, devotos y peregrinos cristianos se reúnen, ya sea en una montaña o valle, o plano, o lugar frecuentado, o llano, o iglesia, o en casas de culto, ciertamente estaremos [detrás de ellos] y los PROTEGEREMOS, así como sus propiedades y su moral, yo mismo, mis compañeros (apostoles) y mis asistentes, puesto que parte son de mis subditos y están bajo mi protección.
Los eximiré a los cristianos de lo que pueda perturbarlos; de las cargas que son pagadas por otros como un juramento de lealtad. No deben dar nada de su ingreso sino lo que les agrada, no deben ser ofendidos, molestados, forzados ni obligado. Sus jueces no deben ser cambiados o impedidos de cumplir con sus funciones, ni los monjes perturbados en el ejercicio de su orden religiosa, ni a las personas de reclusión a impedido de vivir en sus celdas.
A nadie se le permite saquear a estos cristianos, o destruir o estropear cualquiera de sus iglesias o casas de culto, o tomar cualquiera de las cosas contenidas en estas casas y llevarlas a las casas del Islam. Y aquel que haga algo de esto, será uno que ha corrompido el juramento de Dios y, en verdad, ha desobedecido a su Mensajero.
La Yizya (impuesto) no debe imponerse sobre sus jueces, monjes y aquellos cuya ocupación es la adoración de Dios; tampoco se les puede quitar ninguna otra cosa, ya sea una multa, un impuesto o cualquier derecho injusto. En verdad, mantendré el pacto, dondequiera que estén, en el mar o en la tierra, en el Este o en el Oeste, en el Norte o en el Sur, porque están bajo Mi Protección y el testamento de Mi Seguridad, contra todas las cosas que aborrecen.
No deben recibirse impuestos ni diezmos de aquellos que se dedican a la adoración de Dios en las montañas, o de aquellos que cultivan las Tierras Santas. Nadie tiene el derecho de interferir con sus asuntos, o iniciar acciones en su contra. En verdad esto es para algo más y no para ellos; más bien, en las temporadas de cultivos, se les debe dar un Kadah por cada Ardab de trigo (unos cinco puñados y medio) como provisión para ellos, y nadie tiene derecho a decirles «esto es demasiado», o pedirles que paguen cualquier impuesto.
En cuanto a los que poseen propiedades, los ricos y los comerciantes, el impuesto que se les debe quitar no debe exceder los doce dracmas por persona por año.
Nadie les impondrá a emprender un viaje, o ser forzados a ir a la guerra o a llevar armas; porque los musulmanes tienen que luchar por ellos. No discutáis o disputéis con ellos, sino tratarlos de acuerdo con el versículo registrado en el Corán, a saber: »
Y no discutas con la gente del Libro sino de la mejor manera» [29:46]. Por lo tanto, vivirán favorecidos y protegidos de todo lo que los ofenden, dondequiera que estén y en cualquier lugar donde puedan habitar.
En caso de que una mujer cristiana esté casada con un musulmán, dicho matrimonio no debe celebrarse excepto después de su consentimiento, y no debe impedirse que vaya a su iglesia a orar. Sus iglesias deben ser honradas y no se les debe impedir construir iglesias o reparar conventos.
No deben ser obligados a portar armas o piedras; pero los musulmanes deben protegerlos y defenderlos contra otros. Incumbe a cada uno de los seguidores del Islam no contradecir o desobedecer este juramento hasta el Día de la Resurrección y el fin del mundo.
171 viewsTomás Salomón Mártire, edited 03:00