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Mantente alerta, ¡no te descuides! Reflexiones cristianas diar | CRISTIANOS EN EL TIEMPO DEL FIN

Mantente alerta, ¡no te descuides!
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

No es raro que cuando todo va bien bajemos la guardia y en un descuido cometamos un error grave, por eso, debemos mantenernos alertas y no descuidarnos.

No te confíes

Antes de la colonización del oeste en Norteamérica, había un gran número de caballos salvajes que pastaban en las praderas.

Mientras pastaban era frecuente que los lobos se juntaran en la lejanía. Detectando su presencia por su agudo sentido del olfato, los caballos estaban sobre aviso y alertas. Mientras continuaban así estaban seguros,  pues los caballos podían correr más rápido que los lobos si estos empezaban a acercarse.

Los lobos, sin embargo, tenían un método muy astuto para atacar a los caballos. Dos o tres lobos de los más viejos iban andando cerca, descuidadamente, retozando y jugueteando. Los caballos, engañados por la apariencia inofensiva de que presentaba a la manada de lobos disminuían la vigilancia; entonces, llegaba el momento fatal.

Los lobos escogían al más desprevenido y lo atacaban sin piedad. Lo que había sido una escena de paz era ahora una escena de carnicería y muerte.

No bajes la guardia, permanece alerta

Cuando hay mucha paz, mucha calma, tendemos a relajarnos y a bajar la guardia, nos descuidamos y dejamos de prestar atención a las cosas. Es en ese momento, cuando de forma sorpresiva, cambia todo.

Podemos, incluso, cambiar la vida de las personas que nos rodean, de nuestros seres queridos, solamente por descuidarnos, por confiados. Es por eso que el apóstol Pedro recomienda:

¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.
1 Pedro 5:8 (NTV).

Una lucha sin descanso

La vida, y sobre todo la vida del cristiano, es una lucha sin descanso, pero  normalmente, cuando no estamos en medio de pruebas y pensamos que todo va muy bien, bajamos la guardia y es ahí cuando nuestro enemigo aprovecha y ataca.

No te descuides, mantente alerta siempre para que  el enemigo no pueda destruirte. Todos los días encomiéndate a Dios, medita en su Palabra y permanece en oración.